Six Senses Douro Valley, un lugar mágico en el que desconectar

Este extraordinario y lujoso hotel se encuentra a solo una hora de la ciudad de Oporto. Sus instalaciones y los paisajes que lo rodean te trasladan a un espacio de confort y tranquilidad

Por Alba G. Salas

Portugal se ha convertido en los últimos años en un destino de moda. Quienes conocen sus playas, sus ciudades llenas de encanto, su mezcla entre lo moderno y lo auténtico, no duda en volver. Más allá de ciudades como Lisboa, Oporto, Aveiro o Sagres, el país luso cuenta con una zona mágica y aún algo desconocida: el Duero portugués. 

Esta ruta que sigue el cauce del río Duero, nos descubre senderos de montaña, pueblos típicos y paisajes de viñedos propios de película. En uno de ellos, Samodães -una freguesia portuguesa del concelho de Lamego-, se esconde uno de los mejores hoteles de la península ibérica: el Six Senses Douro Valley, el único de momento en Europa de este grupo pionero en wellness.

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Este cinco estrellas de 2.200 metros cuadrados enhebra sostenibilidad, diseño, modernidad, confort y paz. Precisamente esta última, es la filosofía de la cadena hotelera,  por ello su spa y sus tratamientos de belleza y salud son la columna vertebral de la que nace todo. El bienestar interno y externo es su eje principal, por ello, más que una estancia, estar allí es una experiencia.

Sus habitaciones cuentan con todo tipo de detalles, esos que marcan la diferencia. Baños de lujo, camas con colchón artesanal, almohadas orgánicas y sábanas de algodón de máxima calidad se mezclan con unas impresionantes vistas al río.

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Precisamente esa especial preocupación por el descanso, ha hecho que entre sus tratamientos más novedosos se encuentre  ‘sleep with Six Senses’, pensado para aquellos que padecen de insomnio o que simplemente dejaron de dormir plácidamente hace tiempo. A través de un ‘coach del sueño’ y con la ayuda de un aparato que recoge los datos de un sensor que, colocado bajo el colchón a la altura de nuestros hombros, va tomando buena nota de cómo es nuestro sueño, conseguiremos descansar de nuevo como lo hacíamos cuando éramos niños.

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Una gran piscina climatizada, 10 cabinas de tratamiento y una planta en la que se concentran varias salas con sofás y sillones donde descansar al lado de la chimenea o del bar son otras de sus mágicas estancias que te harán desconectar de todo y sentir que vives en una burbuja. Pero esta paz y tranquilidad no es sinónimo de aburrimiento, pues el hotel ofrece innumerables actividades a la semanas: desde cine a paseos por su jardín orgánico, pasando por talleres para crear cosméticos con productos naturales a pilates, TRX, running, bicicleta de montaña, escalar árboles, yoga o pintura de azulejos.

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A todo esto se suma una exquisita cocina. La carta de sus restaurantes está basada en productos orgánicos y orientada hacia el bienestar, pero sin perder un ápice de sabor. Alta gastronomía que comienza con un magnífico desayuno –pocos encontrarás con este nivel-, sigue con una amplia carta para picar o comer sano y finaliza con una impresionante cena en la que sus vinos (no olvidemos que estamos en una de las zonas con el mejor vino del país) son los grandes protagonistas.

Pero como no es lo mismo vivirlo que contarlo, te recomendamos que disfrutes tu propia experiencia Six Senses.