Una pareja de viajeros empedernidos nos cuenta su sueño ¡y lo han cumplido!

by hola.com

Después de trabajar en una multinacional, un día Teresa –de origen norteamericano pero desde hace cuarenta años en España– y Paco decidieron cambiar de vida. Dejaron sus trabajos en Madrid y encontraron en un pequeño pueblo de la sierra de Gredos llamado Hoyos del Espino, su refugio. Sin experiencia en el mundo de la hostelería, pusieron en marcha en la provincia de Ávila uno de los primeros hoteles con encanto de España: El Milano Real. El sueño de unos viajeros empedernidos lleva 20 años materializado y son ellos los que hoy nos cuentan su aventura:

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-¿Cómo empezó a gestarse la idea de abrir el hotel?
-Como viajeros, sabíamos lo que nos gustaba y era algo que no solíamos encontrar en muchos de los lugares que visitábamos. Por eso, aunque nuestra experiencia en la hostelería era nula, arrancar de cero era un reto. Y así fue cómo empezamos a poner en marcha un hotel rural para gente que le gusta la montaña.

-¿Cuál fue vuestra revolución particular en sus inicios?
-A los amantes de la naturaleza también le gustan las comodidades, no piden solo una buena cama, por eso queríamos que nuestro hotel fuera más allá. Que fuera un cómodo alojamiento para los que les gusta disfrutar de la montaña y además buscan otras cosas: actividades de turismo activo, planes en familia, en pareja…

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-De un pequeño hotel habéis pasado a que El Milano Real sea toda una referencia entre los hoteles rurales con encanto…
- En sus inicios, solo tenía 12 habitaciones. Cinco años después abrimos ocho suites temáticas, cada una con su particularidad: en la japonesa se duerme sobre un tatami, la nórdica incorpora sauna, la cama de la suite inglesa está fabricada de modo artesanal por la misma empresa que ha hecho la de David Beckham… Luego están la Árabe, Manhattan, Millenium, Gredos y Colonial y también el resto de habitaciones dobles y superiores, algunas abuhardilladas. Todas con más de 25 m2 y con una completa dotación.

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-El restaurante del hotel también es un referente gastronómico en la zona…
-Desde el principio hemos dado mucha importancia a la cocina, formando incluso cocineros. Contamos con un equipo de siete personas, bajo la dirección del chef Roberto Jiménez, que es de Hoyos del Espino. La cocina hay que hacerla con amor y en esas estamos. Además tenemos huerto propio, donde se cultivan los productos con los que luego se elaboran nuestros platos: judías, tomates, fresas, frambuesas… La carta cambia con las estaciones, como nuestros menús degustación. Al desayuno también prestamos mucha atención, donde se brinda un poco de todo, desde una completa selección de dulces y salados a mermeladas caseras.

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-También os habéis empeñado en que los huéspedes tengan sus momentos de relax…
-Sí, además de respirar el aire más puro de la montaña (aquí estamos a 1.500 m. de altitud), tenemos un spa en un edificio aparte y cuyo agua proviene de la sierra. Cuenta con un circuito hidrotermal, piscina climatizada y más de 40 tratamientos disponibles –terapéuticos, hidroterapias, energéticos, masajes– para cuidar cuerpo y mente.

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-Y además sois un hotel con certificado Starlight...
-El cielo de Gredos es perfecto para la observación astronómica, por eso para los que les guste el astroturismo, entre nuestras instalaciones se incluye una cúpula de observación dotada de un telescopio para hacer sesiones guiadas de astronomía siempre que alguien lo solicite y el tiempo lo permita. Acompañados de un guía especializado los huéspedes podrán buscar planetas, nebulosas, cúmulos de estrellas y hasta galaxias en el cielo.

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