En busca de atardeceres, acantilados y calas solitarias por la Ibiza más desconocida

Hoy recorremos el área natural de Es Amunts, en el extremo norte de Ibiza. Un espacio que reúne pequeños pueblos y una naturaleza apabullante, dominada por acantilados abruptos, playas recónditas y bosques tupidos, que contrastan con la cara más turística de las Pitiüses.

by Xescu Prats

Ibiza tiene una capacidad camaleónica para adaptarse a cada viajero. Y Es Amunts es un lugar reservado a los que buscan sentir el aliento de la naturaleza y palpar la huella de las tradiciones. Explorar este vasto territorio virgen te llevará a deambular por caminos inesperados, descender acantilados a pie y encontrar calas solitarias, incluso en estos meses estivales, cuando la isla es el epicentro del Mediterráneo.

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SANT ANTONI, COMIENZO DE LA RUTA
El mejor punto de partida es Sant Antoni, con parada en cala Salada, donde arranca el territorio de Es Amunts, para continuar hasta Santa Agnès de Corona. Este municipio llano, agrícola y ganadero posee una enorme extensión de almendros y en enero y febrero esbozan un paisaje onírico gracias al manto blanco de la floración.

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EN “LAS PUERTAS DEL CIELO”
Conviene que te asomes a su acantilado, bautizado como “las puertas del cielo” por los primeros hippies, contemples la pétrea belleza de los islotes de Ses Margalides y camines junto a las casas payesas encaladas, construidas a palmos y pies hace siglos. Y si tienes más sed de aventura puedes descender a pie hasta la cala de Ses Balandres por un recorrido que deja sin aliento, literal y metafóricamente.

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ENTRE VIÑEDOS
De ahí a la llanura contigua, el Pla de Sant Mateu, famosa por sus vides y la elaboración de unos tintos afrutados y golosos, e inicio también de otra ruta de senderismo espectacular, la que lleva a Cala d’Albarca, con su puente de piedra modelado por la naturaleza y su costa salvaje. En las cercanías, en época de lluvias, tienes que visitar además Es Broll de Buscastell, una zona de cultivos impulsada por los árabes hace un milenio, repleta de canales, acequias y albercas.

SANT MIQUEL
Atravesando huertas y naranjales se alcanza el pueblo de Sant Miquel. Su iglesia-fortaleza del siglo XV, con una atípica planta de cruz latina y capillas decoradas al fresco, compone una postal imprescindible. A sus pies encontrarás los talleres de reconocidos artesanos y un bar-estanco de visita obligada: Can Xico de Sa Torre, donde atravesar su entrada es como retroceder cien años en el tiempo.

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UN PUÑADO DE CALAS Y UNA CUEVA
En este entorno hay que descender en coche hasta algunas calas de gran belleza, como Es Portitxol, Benirràs, Es Pas de S’Illa, Caló des Multons y el Port de Sant Miquel, donde aguarda la cueva d’en Marçà, con un interesante recorrido entre estalactitas y corrientes de agua. Frente a esta, en lo alto del acantilado, despunta la imponente torre de Balanzat.

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EL POBLADO DE BALÀFIA
En la zona interior de Es Amunts se encuentra el poblado de Balàfia, a pocos metros del pueblo de Sant Llorenç, una antigua alquería árabe que en tiempos medievales fue reconvertida en un conjunto de casas agrícolas atípicamente agrupadas y dotadas de torres prediales para salvaguardarse de los piratas.

SANT JOAN
Después de pasar por Sant Joan, la capital de Es Amunts, pequeña, coqueta y con un puñado de bares y comercios de lo más auténtico, camino a Portinatx se descubre un rosario de calas poco frecuentadas: Es Canaret, Cala Xarraca, S’Illot, Cala Xuclar y la escondida Cala d’en Serra, con su apacible chiringuito.

POR LA IBIZA MÁS RURAL
Desde Sant Joan tienes que descender a la aldea de Sant Vicent, antaño aislada del resto de Ibiza, en cuyos campos aún puedes observar escenas propias de la Ibiza rural. Su pequeña iglesia resulta especialmente llamativa, al igual que el santuario púnico de la cueva de Es Culleram; el Port de Ses Caletes, precioso rincón marinero, y Sa Cala de Sant Vicent, la playa más extensa del norte, abierta al islote de Tagomago. Es Amunts concluye en S’Aigua Blanca, un arenal de tradición nudista en la afueras de Sant Carles donde se impone la costumbre de zanjar el paseo en el bar Anita, eso sí, degustando una copa del denso licor de hierbas ibicencas que allí preparan.

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NO DEJES DE… Conocer Benirràs, la playa mítica de Es Amunts a la caída del sol. En verano, junto al Cap Bernat, un puntiagudo monolito que se yergue en mitad del horizonte, el crepúsculo transcurre al ritmo de docenas de tambores, que componen un ritual único en la isla. Llaman la atención las casetas varadero que se arremolinan en los extremos y los chiringuitos de pescado.

GUÍA PRÁCTICA

DÓNDE DORMIR
Hacienda Na Xamena (San Miguel, hotelhacienda-ibiza.com). El primer cinco estrellas de Ibiza, en los acantilados de Na Xamena, con habitaciones con terraza y minipiscina frente a la puesta de sol y un spa colgado sobre el mar.
Es Cucons (Santa Agnés de Corona, escucons.com). Agroturismo ubicado en una antigua e idílica casa payesa, junto a los campos de almendros.
Can Planells (Sant Miquel, canplanells.com). Preciosa casa de campo perteneciente a una familia ibicenca, rodeada de frutales en las afueras de Sant Miquel.

DÓNDE COMER
Port Balansat (Port de Sant Miquel, restauranteportbalansat.com). Uno de los más famosos restaurantes de pescado de Ibiza, donde disfrutar del tradicional ‘bullit de peix’ con arroz a banda, a pie de playa.
La Paloma Café (Sant Llorenç, palomaibiza.com). El local más bohemio del norte de la isla, junto a un jardín de naranjos. Se come a base de ‘focaccias’, tapas y ensaladas.
Es Pins (Sant Joan de Labritja, tel. 971 32 50 34). El mejor para disfrutar de la amplia variedad de la gastronomía ibicenca. Su pan casero con anís es delicioso, al igual que sus guisos y platos de cuchara. Tan sencillo como auténtico.

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