Un beach trip luso en 10 playas

En un litoral interminable como el de Portugal impera la cultura del sol. Repartidas por el continente, las Azores y Madeira, cada playa es un microcosmos que encandila a todo el que las pisa. Salimos a la conquista de estos cercanos paraísos de agua y arena.

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DA MARINHA, ALGARVE
Sus hechuras son proverbiales, arena blanca y escarpadas rocas decoran a izquierda y derecha la que es una de las playas preferidas del Algarve. Ocres, blancos y amarillos se unen al azul verdoso de sus aguas. Se accede a ella a través de unas escaleras, entrada panorámica a una fortaleza de piedra metida en el mar que anuncia parte de la belleza que guarda en su interior. Contar los siglos en las curvas de sedimentos que la rodean es un reto obligado antes de zambullirse en al Atlántico. Como también subirse a una barca y ver desde el mar los arcos y riscos que salpican sus inmediaciones.

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COMPORTA, ALENTEJO
Kilómetros de arena frente al mar harán que el mayor de los problemas sea elegir en cuál de ellos levantar el campamento. A solo una hora de Lisboa y en la costa del Alentejo, la naturaleza aún sigue intacta por aquí -normal si se tiene en cuenta que forma parte del parque natural de la Costa Vicentina- , lo que ha hecho que se convierta en el último paraíso VIP. Ricos y famosos colonizan sus cafés en primera línea de playa, sus hoteles de diseño y las exclusivas villas que se reparten por el litoral. Andrea Casiraghi, Carla Bruni y Nicolas Sarkozy o Kristin Scott-Thomas son solo algunas de las estrellas que iluminan las playas de lo que ya se empieza a conocer como los Hamptons portugueses.



DO CAMILO, ALGARVE
Unos 200 escalones llevan directos a esta sucesión de calas y arenales comunicados por medio de los arcos que ha abierto el mar en las rocosas laderas que protegen de la civilización esta playa. Por aquí, el Algarve se presenta con los colores que lo han hecho célebre: azules y verdes imposibles y los tostados de su escarpada topografía. Lo mejor será aprovechar la claridad de las aguas para investigar el fondo marino haciendo snorkel y acabar el día disfrutando de la gastronomía en la cercana Lagos.



DO GUINCHO, PARQUE NATURAL SINTRA-CASCAIS
Aquí el viento manda y es él quien regala emociones fuertes a surfistas, windsurfistas y demás amantes de los deportes de mar. El paisaje no es para menos, una gran pasarela conecta la playa con un bar de madera con privilegiadas vistas y prodigiosos mojitos. Este horizonte salvaje aún está a salvo de la civilización. En coche, autobús e incluso bicicleta -un carril bici cubre los cinco kilómetros que separan la playa de Cascais- se llega hasta él por una carretera cubierta de arena blanca, un anuncio de lo que espera al llegar.



FORMOSA, AZORES
En la isla dorada de las Azores, Santa María, se extiende una de las playas más bellas del conjunto isleño, de luminosa arena blanca. Fue la primera isla que se descubrió del archipiélago, allá por el 1427, y es, sin duda, la primera que se debe pisar. Enclavada en una reserva natural, la playa hermosa -si se traduce su nombre- es célebre por sus aguas cristalinas y por sus idóneas condiciones para los deportes acuáticos. No te pierdas los restos de la fortaleza defensiva que se construyó hace siglos para combatir a los piratas, el fuerte de San Juan Bautista.




VILA BALEIRA, MADEIRA
En la salvaje Porto Santo disfrutan de un horizonte atlántico de 360 grados, en el que la playa que se extiende a los pies de Vila Baleira hasta Ponta de Calheta es una de las más bellas de Portugal. Enmarcada entre los picos de Ana Ferreira y Castelo, esta lengua de nueve kilómetros de fina arena confronta su paradisiaco perfil con un Atlántico que rompe en mil tonos de azul frente al onírico islote de Fora. De ella parte un puente donde cada tarde algunos atrevidos se lanzan al mar en piruetas imposibles.



NAZARÉ
Siendo la playa más frecuentada del litoral Oeste, Nazaré es uno de los pueblos de pescadores más tradicionales, en el que aún se pueden encontrar algunas mujeres ataviadas con el tradicional vestido de siete faldas cuidando el pescado que se seca al sol sobre estacas. La playa urbana, rodeada por el conjunto de casas del paseo marítimo, conserva las tradicionales barracas de lona con rayas de colores fuertes y está bañada por un mar bravo, con fuerte oleaje, ideal para el surf y bodyboard. Para apreciar su belleza en toda su amplitud, vale la pena subir al Sítio a través del ascensor centenario que une el centro del pueblo con su punto más alto.



URSA, PARQUE NATURAL SINTRA-CASCAIS
Situada cerca del cabo de Roca, su acceso se hace mediante una carretera de tierra batida, seguida de un camino sinuoso y accidentado que, finalmente, termina en este arenal tranquilo y poco frecuentado. A pesar del peligroso recorrido, el esfuerzo se ve recompensado por el soberbio paisaje, dominado por las enormes formaciones rocosas existentes en la playa, cuyo nombre se debe, precisamente, a una de estas grandes rocas, cuya forma recuerda a un oso.



ZAVIAL, ALGARVE
Su ola larga y tubular es ideal para el surf y bodyboard pero no es el único de los atractivos de esta playa del Algarve. También son los altos y, en algunos casos, abruptos acantilados que la rodean y la abrigan de los fuertes vientes. Aunque es una playa muy frecuentada, en su parte oriental se reserva una zona donde, a veces, se practica naturismo.



BORDEIRA, COSTA VICENTINA
Muy cercana a la aldea de Carrapateira, desde la que existe un acceso por una carretera, la bellísima Bordeira posee un arenal muy espacioso que, durante la marea baja, aumenta considerablemente de tamaño, convirtiéndose en uno de los mayores del Algarve. Aquí desemboca una ribera que, a veces, forma una laguna muy apreciada por los niños. La poco afluencia de veraneantes, la hacen muy frecuentada por los practicantes de surf y bodyboard.

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