Busca tu isla predilecta

Cerdeña, Sicilia, Mallorca, Corfú, Santorini... Una brave selección de islas europeas entre la que encontrar la de tus sueños.

by hola.com

El Mediterráneo es uno de nuestros destinos favoritos para pasar unas vacaciones inolvidables, de esas que permanecen para siempre grabadas en la memoria. Este Mare Nostrum está lleno de islas que reúnen playas paradisíacas, puertos pintorescos, ciudades cargadas de historia, ciudadelas, sitios arqueológicos y parajes naturales de inspiración. Las hay pequeñas, misteriosas, desconocidas, encantadoras, perdidas, turísticas… Como hay muchas donde elegir nos hemos embarcado en un viaje fotográfico por él y hemos elegido un buen puñado de islas para que elijas tu preferida. Todas ellas son lugares extremadamente especiales, ¿nos acompañas?

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BRAC, CROACIA
No hay en todo el Mediterráneo un escenario más inmaculado para navegar en libertad que la costa dálmata de Croacia. En Brac es fácil combinar una visita a sus ciudades pesqueras y pueblecitos con el relax en sus fabulosos escenarios naturales, como Zlatni Raf, ese ‘cuerno de oro’ de arena que muchos consideran la playa más bella de todo el país.
 
RODAS
En el año 227 a.C. un terremoto hizo añicos el Coloso de Rodas, el ciclópeo protecto del puerto de la mayor de las islas griegas del Dodecaneso. De lo que fuera una de las Siete Maravillas de la Antigüedad no queda ya ni rastro, pero el halo de leyenda y misterio de Rodas sigue intacto gracias a su fastuoso legado histórico, artístico y natural.
 
MALTA
La Valetta, la capital de la isla atesora un espectacular casco antiguo adornado de iglesias barrocas, palacios y cúpulas cercado por las poderosas fortificaciones con las que los Caballeros de Malta blindaron su bahía contra los ataques otomanos.
 
SANTORINI
Atardecer en Oia, uno de los pueblos más bellos de esta isla griega, y también uno de los más famosos gracias a sus espectaculares puestas de sol. Situado en lo alto de un acantilado, sus casas se apiñan en calles estrechas donde también asoman iglesias con sus cúpulas azules y terrazas soleadas.
 
CERDEÑA
En los años 60, el Aga Khan y su corte de amistades se propusieron hacer en las calitas de esta bellísima isla de Italia un refugio de lujo de la jet internacional. Y lo lograron sin alterar demasiado la naturaleza agreste que adorna este tramo del litoral del noreste de la segunda isla más grande del Mediterráneo, también conocido como Costa Esmeralda. En la imagen, Alghero, el casco antiguo más pintoresco de Cerdeña.
 
CHIPRE
La península de Akamas es un área de excepcional belleza natural e importancia ecológica en la isla y uno de los últimos espacios naturales protegidos de la isla por la Unesco. Sus colinas, valles y costas son ideales para el senderismo. A la derecha, panorámica nocturna del valle de Marathassa, en el que descansa el bello pueblo de Pedhoulas y su iglesia dedicada al arcángel San Miguel, en la fascinante región de Troodos.
 
CÓRCEGA
En la isla más verde del Mediterráneo, el pintoresco pueblecito de Bonifacio es un capricho rocoso colgado sobre el mar. En lo alto de los majestuosos acantilados a los que se asoma, los gruesos muros de su fortificación siguen dando testimonio de las innumerables historias bélicas vividas por esta encantadora villa que primero fue pisana, después genovesa y, finalmente, francesa.
 
SICILIA
Orgullosa y siempre fascinante, la mayor de las islas de Italia, testigo de las idas y venidas de los pueblos que colonizaron el Mediterráneo, ha sabido conservar un patrimonio artístico y unos paisajes únicos. En la imagen, Cefalú, es una ciudad tranquila cargada de historia, con termas romanas, catedral antigua, además de puerto pesquero y playas maravillosas.
 
CAPRI
Esta preciosa islita del golfo de Nápoles ha sido siempre cuna de elitismo y glamour, pero fue sobre todo en los años 50 cuando se catapultó como favorita de estrellas y famosos. Un destino exclusivo que no ha perdido ese epicúreo arte de disfrutar del estilo de vida que en el sur de Italia se cultiva con refinada elegancia.
 
SPINALONGA
La historia de la isla de Spinalonga, al noreste de Creta, entre la ciudad de Elounda y el golfo de Mirabello, comienza en 1579, cuando los venecianos construyeron una fortaleza en el islote para proteger sus posesiones en Creta y su flota de los ataques turcos. Hoy es un islote deshabitado pero muy turístico al que se puede llegar en barco desde la Elounda o Agios Nikolaos / © Y. Skoulas.
 
DJERBA
En el golfo de Gabés, frente a las costas de Túnez, la isla de Djerba es un paraíso de belleza singular en el que Homero situó uno de los pasajes más emocionantes de La Odisea. Sus medinas pintorescas, animados mercadillos, excelentes campos de golf, palmerales y playas infinitas y divertidas excursiones en camello son los mitos reales que aguardan a los sucesores de Ulises.
 
GOZO
Acantilados de belleza singular, impresionantes pueblos fortificados, una rica gastronomía y mucha paz esperan al viajero en esta bellísima islita verde del archipiélago de Malta que, fiel a su espíritu marinero y rural, ha sabido resistirse a la tentación del turismo de masas.
 
FUERTEVENTURA
Si algo caracteriza a la isla de Fuerteventura, la segunda más grande del archipiélago canario después de Tenerife, es el marcado contraste entre la aridez de su interior, anclado en una geografía pedregosa de tonos ocre y anaranjados evocadores del cercano ambiente sahariano, y la espectacularidad de un litoral lamido bravíamente por aguas océanicas de un seductor azul turquesa. En la imagen, una playa del Parque Natural de las Dunas de Corralejo.
 
FORMENTERA
Playas de arena blanca, aguas de color turquesa, pueblecitos marineros… Pese a su pequeño tamaño, este isla mágica del archipiélago de las Baleares encierra una increíble variedad de paisajes y rincones chic para disfrutar a pleno sol. Cala Saona es uno de ellos / © Manfred.

 
MENORCA
La constelación de calas que adornan Menorca es el mejor escaparate de su mediterraneidad. Ahí están las de Macarella, Macarrelleta, Son Bou, Galdana, Mitjana, La Vall de Algaiarens, Sa Mesquida o cala Turqueta para corroborarlo. Este paraíso del Mediterráneo alejado de la marea turística es ideal para los amantes de la Naturaleza virginal, de los atardeceres, de los paseos a caballo, de la cultura prehistórica y, sobre todo, del mar en toda su dimensión.
 
IBIZA
Bañada por la pulcritud de unas aguas cristalinas, la cala Comte, en Sant Josep de Sa Talaia, permite disfrutar al máximo de los placeres del litoral ibicenco que, con unos atardeceres de película, alcanzan en ella su máximo esplendor.
 
TENERIFE
Dicen los que han subido hasta la boca del poderoso, evocador, desolador y majestuoso volcán del Teide, en la isla de Tenerife, con casi 4.000 metros de altura, que esta experiencia es como rozar el cielo.
 
MALLORCA
Desde el famoso mirador de Son Marroig, un templete de mármol de Carrara construido por el Archiduque Luis Salvador, se domina toda la península de la Foradada, en el término municipal de Deià. Una de las estampas más románticas de la isla de Mallorca.
 
LANZAROTE
El Parque Nacional de Timanfaya es, sin duda, el plato fuerte de Lanzarote. Allí se condensan de manera superlativa todas las peculiaridades de la isla y sus paisajes más grandiosos. Protegido desde 1974, en él hay que darse un paseíto a lomos de camello por sus laderas negruzcas y desoladas, subir hasta el Islote de Hilario y divertirse viendo cómo los guías hacen surgir improvisados geiseres vertiendo agua en un agujero de la tierra.