Un crucero en imágenes por las aguas del Nilo

Abre los ojos porque nos trasladamos a Egipto para iniciar un viaje fotográfico por el padre de todos los ríos. En el trayecto podrás asomarte a los templos faraónicos que toman asiento en las orillas del que presume de haber enmarcado una de las civilizaciones más espléndidas del mundo antiguo.

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En busca de las leyendas de los grandes faraones nos embarcamos en un crucero por el lento fluir de este gran río -el segundo más grande del mundo, después del Amazonas- que abre una fértil brecha en pleno desierto. Pocos escenarios resultan tan sorprendentes como el que se descubre al subirse a un barco o a una de esas embarcaciones tradicionales a vela llamadas falucas y comenzar a navegar por este valle de tonalidades verdes y anaranjadas. Iniciamos nuestro recorrido en imágenes en El Cairo y hasta llegar a Abu Simbel irán asomando las pirámides de Giza,el complejo de Karnak, el templo de Luxor, el insólito de Kom Ombo o el de Edfú. Un auténtico disfrute para los apasionados a la arqueología y a la antigua civilización egipcia. Más información: Turismo de Egipto http://es.egypt.travel/.
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La Pirámide Roja debe su nombre actual al color rojizo de los bloques pétreos de su núcleo. Es la tercera pirámide de Egipto por sus dimensiones y la mayor de las situadas en Dahshur, a 40 kilómetros al sur del Cairo. 
Al inicio de la historia de Egipto, las esfinges representaron la fuerza y la sabiduría del rey. Entre todas ellas destaca la Gran Esfinge de Gizeh, erigida en tiempos de la dinastía IV, la época más gloriosa del Imperio Antiguo. Atribuida al rey Kefrén, tiene cuerpo de león y cabeza humana. 
Una de las experiencias más singulares para hacer en el Nilo es navegar por sus aguas en una falucca, la embarcación tradicional egipcia a vela. 
El Templo de Dakka, dedicado a Thot, estaba situado a 100 kilómetros al sur de Asuán, pero fue trasladado a consecuencia de la construcción de la presa del lago Nasser a un lugar cercano al templo de Wadi el–Sebua. 
El complejo de Karnak es uno de los mayores conjuntos sagrados del mundo y acoge el templo del dios Amón, donde poder asistir a un espectáculo de luz y sonido o simplemente pasear por su Avenida de las Esfinges. 
El templo de Luxor, el más elegante de los edificios faraónicos, fue construido bajo Amenofis III y ampliado por otro gran constructor, Ramsés II. 
En Deir el-Bahari se encuentra el singular templo de la reina Hatshepsut, único en su género. Diseñado por el arquitecto Senemut, está construido en forma de amplias terrazas, con edificios porticados y patio de columnas que se integran magistralmente con la escarpada ladera de la montaña que se sitúa tras él, logrando una espectacular escenografía. 
Bajo la moderna Luxor yace Tebas, la ciudad que fue, durante más de 2.000 años, el centro religioso del Antiguo Egipto y una de sus más importantes capitales. En la imagen, pinturas que decoran las tumbas de su necrópolis. 
El templo de Edfú pasa por ser el mejor conservado de la época tolemaica. Sus edificios son ejemplos perfectos de la arquitectura sagrada del antiguo Egipto. 
En uno de los más atractivos paisajes del Nilo, el de Kom Ombo es un insólito templo que estaba consagrado a dos divinidades: Horus el Grande y Sobek, el dios de cabeza de cocodrilo. 
La mejor temporada para hacer un crucero por el valle del Nilo es de octubre a abril, cuando las temperaturas oscilan entre los 11 y los 30°. 
El gran templo de Philae está dedicado a Isis, la divinidad femenina tal vez más universal y amada a todo lo largo de la historia egipcia. Situado originalmente sobre la Isla que lleva su nombre, fue trasladado en época moderna a su actual emplazamiento en la isla de Egelika. 
Los barcos que recorren el Nilo van desde el gran crucero de lujo hasta las dahabiyas, unas embarcaciones más pequeñas que suelen reservarse para viajes más exclusivos, o las faluccas, naves a vela sin camarotes. 
El valle del Nilo es una delgada cinta verde sobre el árido desierto africano. La mayor parte de la población de Egipto y todas sus ciudades –a excepción de las del delta del Nilo y los oasis–, se encuentran a lo largo de él, al norte de Asuán, como también la mayoría de los lugares de interés cultural e histórico. 
Una travesía por el Nilo con sabor decimonónico es la que ofrece el Steam Ship Sudan, un barco de vapor a punto de cumplir cien años que es el último testigo de la navegación por el Nilo en la Belle Epoque. 
Una imprescindible excursión lleva al complejo faraónico de Abu Simbel, mandado levantar por Ramsés II y desplazado de su ubicación original en los sesenta, cuando la construcción de la gran presa de Aswan. 
Para mostrar su grandeza, Ramsés II hizo erigir en Abu Simbel, en la lejana Nubia, un grandioso templo funerario en el que se representó a sí mismo como una divinidad, junto a los dioses Re, Amón y Ptah. 
Interior del templo de Ramsés II, que forma parte junto con el de Nefertari del complejo de Abu Simbel. Se construyó con la intención de impresionar a los enemigos nubios de Egipto y mostrar la grandeza del reino. 
Realizado en la misma época que el gran templo de Ramses II, el dedicado a la reina Nefertari muestra en su fachada seis colosos de pie, de 10 metros de altura, excavados en la roca, dentro de hornacinas rectangulares y que representan a Ramsés II y a la esposa favorita de este, la reina Nefertari. 
Sobrevolar el valle del Nilo a 300 metros de altura, con la cesta del globo casi rozando las cabezas de los colosos de Memnón y las ruinas de los templos y palacios del Valle de los Reyes, ofrece un panorama espectacular y emocionante del antiguo Egipto faraónico.