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Con 126 junior suites y habitaciones dobles, de charm único y con espectaculares vistas de la Alhambra y Granada desde su terraza, el Alhambra Palace concede a sus invitados el honor de vivir la experiencia de la Alhambra en primera persona. A cinco minutos a pie de los palacios y jardines nazaríes, y dentro de la propia ciudadela, el hotel integra el estilo decorativo del monumento cultural que le da nombre, creando una suntuosa atmósfera árabe que hace de la estancia una visita inolvidable, acompañada de la cálida acogida del personal del hotel, atentos al más mínimo detalle. Para acabar la jornada de turismo, nada como relajarse en la terraza o los miradores, embelesado al ver caer la noche en Sierra Nevada, tomar un cóctel en el bar y deleitarse ante la perfecta muestra de la gastronomía andaluza del restaurante.

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La historia del hotel, sinónimo intemporal de buen gusto, la cuentan voces ilustres del siglo XX. Empieza en 1910 de la mano del Duque de San Pedro de Galatino, quien, viendo el potencial del entorno y su inminente expansión, ubicó el hotel en un punto elevado de la ciudad, vistas privilegiadas incluidas. Ese mismo año, el rey Alfonso XIII inauguró el establecimiento.

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El Alhambra Palace pronto se convirtió en un referente de la hostelería en nuestro país. Además, las atractivas diversiones que ofrecía el mítico hotel de lujo no eran pocas: teatro, cinematógrafo, salones para celebraciones y salones de juegos significaban un flujo constante de personalidades de la época. Por ello, no sorprende que la suntuosa posada viviera el renacer cultural en la ciudad antes de la guerra. Víctor Fernández, escritor y periodista, cuenta que “los salones del exquisito hotel acogieron a algunos de los más ilustres invitados del Concurso de Cante Jondo que en 1922 organizaron Manuel de Falla y Federico García Lorca”. Muchos nombres célebres se dejaron caer por allá, como Ignacio Zuloaga, Santiago Rusiñol o Ramón Gómez de la Serna.

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Pero ahí no acaba la cosa, y es que un siglo da mucho de sí. Durante la Guerra Civil, el mágico lugar se convirtió en un hospital de sangre para atender a los heridos en la contienda, marcando uno de los periodos más tristes de su historia. Tras el combate, la paz volvió a reinar en la última ciudad de Al-Andalus, y el Alhambra Palace Hotel recobró la normalidad, alojando a figuras clave del siglo XX.

Las estrellas de cine más destacadas de todas las épocas también se enamoraron del opulento hotel, que tuvo como huéspedes a actores de la talla de Burt Lancaster, Lauren Bacall, Vivien Leigh, Charlton Heston u Orson Welles, todos ellos barómetros universales de elegancia. Mas tarde, otros famosos intérpretes se unieron al elenco, como Marcello Mastroianni, Faye Dunaway o Brad Pitt entre otros, siguiendo la estela del Hollywood clásico. Otros huéspedes decisivos en política, literatura y arte han sido Rafael Alberti, Mario Vargas Llosa y Charles de Gaulle, entre otros.

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Tras 103 años de continuada excelencia, está claro que la cultura, el estilo y el glamour de Granada tiene nombre y apellido: Alhambra Palace Hotel.

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