Tokyo, una selva futurista

Te invitamos a sumergirte en este centelleante escenario en el que transcurre ‘Lost in Translation’, la historia de amor y jet lag que protagonizan Scarlett Johansson y Bill Murray a las órdenes de Sofia Coppola. Una megalópolis en la que aún sobrevive la historia medieval de la antigua Edo.

by hola.com

Cuando Bill Murray se despierta en el taxi que le recoge del aeropuerto de Narita y le lleva al Park Hyatt, su cara se ilumina con el reflejo de la megalópolis, desconcertante al otro lado de la ventanilla. Es lo mismo que le ocurre a cualquier turista recién llegado, sobre todo si lo hace a la hora en que la ciudad se dispone a entonar su repertorio nocturno. Neones parpadeantes de mil colores anuncian karaokes, bares y todo tipo de clubs nocturnos. Máquinas expendedoras ofrecen café caliente en lata. Ruidos y música llaman a los jóvenes a jugar a un sinfín de videojuegos. Riadas de gente en perfectos trajes negros son engullidas por bocas de metro de las que sale, de repente, un chaval disfrazado de dibujo animado, una mujer vestida con un refinado kimono o una adolescente con cofia y delantal. Todos se mueven a un ritmo sorprendentemente ordenado y amable. En Tokyo, el caos no existe.

A no ser que se sufra la crisis de los 50 o se esté en una encrucijada existencial, como les ocurre a los protagonistas del filme, en realidad es difícil perderse en Tokyo. Todas las paradas del metro están debidamente señalizadas con caracteres occidentales y, aunque no muchos saben hablar inglés, siempre hay quien se acerca al turista despistado ofreciendo amablemente su ayuda. Lo que sí le ocurre a cualquier visitante es que se siente desbordado. La capital japonesa es descomunal, con más de 26 millones de habitantes y decenas de barrios que conforman ciudades en sí mismas.

Los que se muestran en la película son, principalmente, los imprescindibles barrios de Shibuya y Shinjuku. En el primero, importante zona comercial y de ocio, la protagonista se pierde entre la gente en el célebre y transitado paso de cebra cerca del metro de Hachiko. Enormes pantallas de televisión y luminosos flanquean este famoso cruce, cuyas panorámicas fueron rodadas desde el segundo piso del Starbucks de Shibuya Tsutaya, que tiene una vista privilegiada.

Shinjuku es el barrio más concurrido y con mayor concentración de rascacielos de Tokyo, el mismo que observa Bill Murray desde el taxi. Pero, en medio de este tumulto capitalista, también es posible encontrar la tranquilidad y espiritualidad que caracteriza a la cultura japonesa. En el cercano templo de Jugan-ji, cerca de la estación de Nakano, el personaje de Scarlett Johansson acude en busca de paz. También en Shinjuku, en el cruce de Plaza Dori y Chuo Dori, la pareja se funde en un abrazo en medio de miles de transeúntes ajenos a su drama amoroso.

La mirada turista de Sofia Coppola no podía dejar de mostrar las delicias gastronómicas de la ciudad. Con bastante incredulidad, los personajes se deciden a probar sushi en el pequeño restaurante Ichikan (9-5 Daikanyama), en Shibuya. Más tarde repiten cena japonesa, esta vez shabu shabu o carne cocida en caldo en el Shabu Zen del hotel Creston, en el mismo barrio. Todas las cartas están en japonés, pero las fotografías y las curiosas reproducciones de plástico de los platos ayudan a descifrar los menús.

Después de tomar unas copas en la discoteca Air -una de las más famosas de Tokyo-, los desubicados personajes de este romance viajero acuden a una de las citas más puramente japonesas: el karaoke. El que muestra la película es el Karaoke-Kan (30-8 Utagawacho), pero hay uno en casi cada esquina. Son minúsculos, y es muy común encontrar solo a una pareja actuando igual que si tuvieran frente a ellos a un público entregado.

Aunque muchos de los ejecutivos que pueblan las discotecas y viven a kilómetros de la ciudad optan por dormir en uno de esos futuristas hoteles cápsula -minúsculos cubículos sin baño ni armario que se alquilan por horas-, nuestros protagonistas volverán al genial hotel Park Hyatt. La última copa les espera en el New York Grill Bar, piano bar situado en el último piso. Abajo, la ciudad, que parece no tener fin, todavía resplandece.

GUÍA PRÁCTICA

Cómo llegar
No hay vuelos directos desde España a Tokyo. Los vuelos europeos que llegan al aeropuerto internacional de Narita lo hacen desde Londres, Amsterdam, París o Frankfurt. Los precios de los billetes rondan los 900 €, y la duración del vuelo, entre escalas y trayecto, puede ser de unas 22 horas. La agencia especializada en Japón Jaltour organiza viajes a medida. También ofrece paquetes temáticos desde unos 2.000 €, que incluye el vuelo y 5 noches de hotel con desayuno. Desde Narita a Tokyo se puede coger el Limousine Bus, que para en los principales hoteles, o el Narita Express, tren que comunica con el centro de Tokyo en una hora.

Cuándo ir
Sin duda, el mejor momento para ir a Japón es en primavera, durante el Hanami o floración de los cerezos. Es un espectáculo único contemplar esa explosión de la naturaleza entre los grandes rascacielos.

Cómo moverse
Tokyo cuenta con una tupida red de metro que comunica toda la ciudad. Otra buena opción, aunque más cara, es el taxi, conducido por chóferes con guantes y gorra, con asientos forrados de encaje y puertas que se abren automáticamente.

Dónde dormir
Además del exclusivo Park Hyatt, el Capitol Hotel, con habitaciones que evocan la arquitectura tradicional japonesas, tiene vistas al santuario Hie, de la época Edo. Para una experiencia más japonesa, lo mejor es dormir en un ryokan, uno de esos hoteles tradicionales en los que se duerme en un futón colocado sobre un tatami. Muchos ryokan tienen onsen (una especie de spa) y suelen ofrecer cena tradicional y el desayuno. La asociación de ryokan japonesa ofrece un listado con ryokanes tanto en Tokyo como en el resto del país.

Dónde comer
Tokyo, la ciudad con más estrellas Michelín del mundo, es el paraíso de la alta cocina. Los últimos restaurantes en conseguir las tres estrellas, máxima distinción gastronómica, son Araki, Hamadaya, 7chome Kyoboshi y Usukifugu Yamadaya (información en la guía de restaurantes de Japón: www.gnavi.co.jp/en/). Pero la mejor experiencia culinaria de Tokyo se encuentra en los alrededores del mercado de pescado de Tsukiji, donde están los mejores restaurantes de sushi. Son minúsculos y sencillos locales en los que los comensales se sientan en la barra. Hay muchos y ninguno decepcionará, pero se llevan todos los elogios el Daiwasushi y Sushidai. Para una cena más cinematográfica, Gonpachi, donde se rodaron algunas escenas de Kill Bill.

No te pierdas
Además de los barrios de Shibuya y Shinjuku, la zona antigua de Edo, que se extiende desde el Palacio Imperial hacia Asakusa, donde es imprescindible visitar el templo de Sensoji. La bahía de Tokyo, a la que se puede llegar en crucero desde Asakusa. El barrio de Akihabara, conocido como “ciudad de la electrónica”. La exclusiva zona de compras de Ginza, con tiendas tan espectaculares como la de Prada. Harajuku, zona repleta de tiendas de moda extravagante junto al parque de Yoyogi, donde se reúnen los jóvenes excéntricos junto al precioso santuario de Meiji Jingu, el más importante templo sintoista de Tokyo. Un combate de sumo, una representación de kabuki o teatro tradicional en el Kabuki-Za de Ginza y el sugerente mercado de pescado de Tsukiji.

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