Tierras escocesas de leyenda

Seguir la estela mítica del héroe nacional William Wallace, inmortalizado en la oscarizada ‘Braveheart’, de Mel Gibson, permite descubrir algunos de los lugares más bellos del país, además de los escenarios en los que se forjó su leyenda.

by hola.com “Wallace es Escocia, el símbolo de lo mejor, todo lo bueno y de todo lo puro de nuestra forma de vivir. Uno no puede entender Escocia sin Wallace”. Con estas palabras, el escritor escocés R.B. Cunninghame Graham dejaba claro el enorme peso mítico del protagonista de Braveheart (1995), la película interpretada y dirigida por Mel Gibson, en el imaginario de la antigua Caledonia. No exageraba. La memoria del hombre que desafió al rey inglés Eduardo I está presente por doquier. A esa omnipresencia ha contribuido Braveheart, un impulso del mito a nivel internacional que lo tenía todo para triunfar en los Oscar de 1995: una hermosa historia de amor truncada (y otra sacada de la chistera por Gibson al convertir en pareja, ¡nada menos que a Wallace y a la mismísima Isabel de Francia!- y un colofón épico con las cimas del Ben Nevis o el Glencoe como escenarios de lujo.

¿Por dónde empezar la ruta Braveheart? Las coordenadas para seguir las huellas de Wallace en Escocia son infinitas. Si se quiere seguir el orden cronológico de la película y la biografía del personaje, hay que poner rumbo a las tierras al suroeste de Glasgow. Ineludibles en este recorrido son Elderslie, donde nació Wallace alrededor de 1270, o Cambuskenneth Abbey, a las afueras de Stirling, donde se crió. Tampoco podría faltar una visita a Lanark, la ciudad en la que encontró a su gran amor, Marion Braidfute, con la que se desposó en la iglesia de St Kentigern. Sus ruinas son uno lugares favoritos de los apasionados por una historia de amor que, tanto en la vida real como en la película, marcó un punto de inflexión para Wallace, quien, en 1297, vengó el asesinato de su mujer pasando a cuchillo al sheriff de Lanark, Hazelrig. Hoy, una estatua de Wallace en la fachada de St. Nicholas Church de Lanark sirve de punto de encuentro para que cada junio una joven sea coronada reina bajo sus pies.

Eso sí, si se quiere iniciar la ruta desde una coordenada capital, la mejor es Edimburgo. Para ser exactos, el castillo. Su imponente puerta principal de la fortaleza así lo confirma, flanqueada como está por dos estatuas. La primera, la de Robert Bruce, el rey escocés que acabaría por retomar el legado de rebeldía de Wallace ante Inglaterra y que hacía las veces de narrador de la película; la segunda, la gigantesca figura de Wallace -según las crónicas medía 1,97 centímetros-, escudo y espada en ristre.

Pero Edimburgo no es el mejor punto de partida solo por eso. También lo es porque permite, en apenas una hora y media en coche y en dirección sur, aproximarse hasta los Borders escoceses, las tierras de frontera que a finales del siglo XIII, ya convertido en forajido, se convirtieron en el hogar de Wallace y sus hombres. Hoy, esta bellísima campiña ondulada y pespunteada de ovejas, con los meandros del río Tweed y las cimas de los Eildon Hills como escenarios naturales de excepción y joyas como las abadías medievales de Melrose y Dryburgh, sigue susurrando las hazañas del héroe en cada rincón. Para comprobarlo, no hay mejor lugar –sobre todo si se es amante del senderismo- que adentrarse en los contornos del bosque de Ettrick, entre las ciudades de Moffat y Selkirk, la espesura boscosa que Wallace convirtió en su reino. Homenaje en piedra entre robles y montañas de esos años es el cercano Dryburgh Wallace Monument, una estatua de seis metros de altura de un Wallace altivo con la mirada perdida en el río Tweed.

Aunque, para monumento, ninguno como el que se encuentra en la ciudad de Stirling, la ‘puerta’ de las Highlands. Contemplar desde las murallas de su castillo los montes Ochils como telón de fondo y el río Forth fluyendo sereno es una estampa que bien vale el viaje. Sobre todo cuando se atisba entre la niebla, en lo alto de Abbey Craig, el National Wallace Monument, una torre gótica que recuerda el emplazamiento de la gran victoria militar de Wallace de 1297, la batalla del puente de Stirling. Esa fue la cúspide del mito Wallace, que acabó traicionado por un antiguo amigo y ajusticiado en el barrio londinense de Smithfield.

La leyenda Wallace no había hecho más que sellar su pacto con el tiempo. Así lo certifica la película y así se puede comprobar en primera persona tomando, desde Stirling, la carretera A9. A una docena de kilómetros se encuentran los campos de Bannockburn, donde, en 1314, Robert Bruce, retomando el testigo de Wallace, logró la tan ansiada independencia para Escocia. En la colina donde el rey colocó su estandarte, se yergue un ciclópeo círculo de piedra alrededor de una enorme bandera escocesa con la cruz de San Andrés. Solo unos pasos, una estatua ecuestre de Robert Bruce otea el horizonte, como si velara por la libertad con la que tanto ahínco luchó el caudillo que le precedió. Esa fue, sin duda, el mejor monumento que pudo hacerle nunca a la memoria de William Wallace.


GUÍA PRÁCTICA

Cómo llegar
Desde Madrid y Barcelona con compañías como Iberia, Easyjet, Ryanair y Vueling.

Cuándo ir
Para descubrir la belleza paisajística de Escocia lo mejor es hacerlo entre junio y septiembre. Eso sí, no olvidar que en la antigua Caledonia la lluvia siempre tiene su protagonismo.

Cómo moverse
El mejor modo para desplazarse por Escocia y descubrir las huellas de la leyenda de Wallace es en coche. Las carreteras escocesas son excelentes, y además, transitar por ellas implica hacerlo por paisajes naturales de gran belleza y feracidad.

Dónde dormir
En Stirling, el Barceló Stirling Highland, un valor seguro gracias a su excelente ubicación –a un paso del National Monument Wallace- y su relación calidad-precio. En Dumfries, en Millhill Farm, el único Farmhouse B&B 5 estrellas del país donde disfrutar de unos paisajes magníficos y unos pantagruélicos desayunos a basa de productos de la granja familiar. En los Borders escoceses, cerca de la población de Melrose, la referencia es Stobo Castle Health Spa, un remanso de paz.

Dónde comer
A un paso de la estatua de William Wallace en el castillo de Edimburgo se encuentra The Witchery by the Castle, donde saborear delicatesen como su renombrado haggis o la trucha del Loch Etive. En Portpatrick, en Dumfries & Galloway, en el restaurante del exclusivo hotel Knockinaam Lodge, con un aliciente de lujo para los amantes del whisky: una selección de 120 single malts escoceses. En los Borders, el histórico Tibbie Shiels Inn, una posada abierta desde 1823 entre cuya clientela figuran escritores de la talla de Sir Walter Scott o Robert L. Stevenson.

La ruta
Para conocer los escenarios reales donde se forjó la leyenda de Braveheart y algunas de las localizaciones más espectaculares donde se filmó la película, la mejor opción son las rutas temáticas de Explora Escocia. Con guías en español y grupos reducidos.

No dejes de…
Ascender hasta la cúspide de los 67 metros de altura del National Monument Wallace no solo permite descubrir en sus diversos niveles la vida y milagros del rebelde –con curiosidades como la que se dice fue su espada-, sino también el imponente castillo de Stirling y el puente viejo sobre las aguas del Forth, donde se produjo la batalla en la que Wallace logró su mayor gesta.

Más información
Turismo de Escocia.

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