Comer a ciegas En completa oscuridad, así se cena en el restaurante Dans Le Noir de Barcelona. Su finalidad es redescubrir la noción del gusto, percibir cómo sin la vista, los demás sentidos ofrecen nuevas sensaciones y emociones y además, participar en un encuentro social poco habitual. Atendidos por personal invidente, aquí la comida siempre es una sorpresa.

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Una cena por los aires
Cenar en una mesa suspendida a 50 metros del suelo con 22 amigos es, sin duda, una experiencia única en el mundo. La empresa Dinnerinthesky brinda la oportunidad de subirse a una plataforma elevada y, atendidos por un cocinero y un camarero e incluso animados por un actor, disfrutar de una comida o una barra de champán en cualquier lugar, desde un campo de golf o un parque público a un sitio histórico o una pista de carreras. Su precio, por encima de los 8.000 euroos, desde luego, no es apto para todos los bolsillos.

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El más antiguo del mundo
Fundado en 1725, el libro Guinness da fe de que Casa Botín es el restaurante más antiguo del mundo. Referente de la cocina tradicional madrileña y situado a espaldas de la Plaza Mayor, aquí se viene a comer cochinillo y cordero asado al viejo estilo castellano en un horno de leña que, como no podía ser de otro modo, data de la misma época que la fundación de la casa.

En una cueva prehistórica
Los cazadores del Paleolítico Superior se refugiaban en las estribaciones de la Sierra de Espadán en las mismas cuevas naturales por las que hoy merodean los que acuden a visitar las turísticas de Vall d’Uxo, en Castellón. Junto a ellas se encuentra el restaurante La Gruta, cuyo encanto reside especialmente en la experiencia de comer en una cueva auténtica.

Cocina volcánica
El calor interior que emana de la propia tierra de Timanfaya se aprovecha en el restaurante El Diablo, situado en el mismo Parque Nacional, para cocinar los platos más típicos de Lanzarote. Desde el circular edificio, con una amplia cristalera, se admira la asombrosa panorámica de los extensos campos de lava.

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En una iglesia
Del primitivo colegio-convento que fue en sus orígenes, allá por 1618, queda tan solo hoy la iglesia, una de las más bellas del barroco de Alcalá, convertida en el restaurante La Cúpula, donde disfrutar en un histórico marco de una exquisita cocina castellana.

Solo postres
El único restaurante de postres del mundo está en Barcelona, se llama Espai Sucre, y al restaurante suma la aportación de su escuela de postres. Aunque mezclando el dulce y el salado han conseguido derretir los más exigentes paladares, sin duda es una perdición para los más golosos.

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Restaurante clandestino
Escondido dentro de la coctelería Dry Martini de Barcelona, una de las más prestigiosas de España, el restaurante Speakeasy ocupa un antiguo almacén recuperado como espacio gastronómico a semejanza de los locales clandestinos que durante la época de la Ley Seca popularizó la sociedad americana en el Chicago y New York de los años veinte. Mantiene esa atmósfera que juega con el anonimato y el lujo de lo oculto, un lugar reservado, íntimo y agradable donde hay que atreverse a flanquear la puerta. No se arrepentirá.

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Comer bajo el agua
Su diseño simula unas olas gigantes, pero es la sensación de estar en medio del oceáno lo que más sorprende a los que se disponen a sumergirse en el enorme acuario circular del restaurante del Oceanográfico, en la Ciudad de las Ciencias y las Artes de Valencia, para disfrutar de una comida o una cena en el restaurante más vanguardista de la ciudad. La decoración y la iluminación están en perfecta sintonía con los amplios ventanales, que ofrecen una magnífica visión del mundo marino.

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¿Mesa o cama?
Diseño absoluto para un restaurante que ofrece la original idea de cenar por los suelos. Se llama Mezklum, está en pleno centro de Madrid y su oferta no acaba en los platos, ya que puedes elegir entre cenar tumbado o sentado.

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