Paso a paso tras Don Vasco

Si quieres tener unas vacaciones llenas de vivencias inolvidables el legado de este misionero en el estado mexicano de Michoacán promete y mucho. Su historia es digna, por derecho propio, de una novela épica.

by hola.com

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Podría haber caído en el olvido, pero 500 años después de la existencia de Vasco Vázquez de Quiroga nadie en este estado mexicano ha olvidado al llamado Tata Vasco. Y no sólo porque fue el primer obispo de Michoacán, sobre todo porque creó un modelo de sociedad más justa y sostenible. Su legado marcó la vida social, cultural, académica, económica y artesanal, así como la arquitectura y hasta la traza urbana de muchos pueblos, y hoy una ruta lleva su nombre y descubre a este ilustre misionero.

El itinerario que sigue sus pasos abarca la zona lacustre de Pátzcuaro, la meseta purépecha y Cañada de los Once Pueblos, con un rico patrimonio tan tangible como intangible para descubrir: arquitectura, leyendas, fiestas, tradiciones, artesanías, gastronomía y la belleza de una región rica en bosques, lagos y montañas.

Las tres ciudades más grandes del estado -Morelia, la capital, Pátzcuaro y Uruapan-, son la columna vertebral de la ruta. De ellas tres parten ramificaciones que abarcan 122 pueblos, en los que habita más de 60% de la población purépecha de Michoacán, étnia del occidente de México.

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En Morelia, declarada Patrimonio de la Humanidad y una ciudad cultural de primer orden, se encuentra la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, derivada de la primera Escuela de Artes y Oficios que Vasco de Quiroga fundó en la ciudad de Pátzcuaro. Y en Santa Fe de la Laguna, a una hora de Morelia y junto al lago de Pátzcuaro, se puede visitar el primer hospital-pueblo fundado por el polifacético personaje en 1533 inspirado en la Utopía de Tomás Moro.

Junto al lago Pátzcuaro queda también la antigua capital del señorío purépecha, Tzintzuntzan. La que fuera centro del poder político y religioso acoge un gran conjunto arquitectónico franciscano en el que destaca uno de los mayores atrios del país, dominado por centenares de olivos. Y próxima también la ciudad de Santa Clara del Cobre, donde el 80% de la población se dedica al trabajo de este material y en la que se hace imprescindible contemplar el trabajo de los artesanos en los talleres que todavía se encuentran abiertos.

Pátzcuaro es una de las ciudades mágicas de México. Su visita es obligada porque en ella Vasco de Quiroga creó la Escuela de Artes y Oficios para que cada pueblo pudiese ofrecer a los otros productos artesanos diferenciados, práctica que se sigue produciendo en la actualidad. Pero además, porque en la Basílica de esta tranquila ciudad se encuentran los restos del obispo.

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Desde Pátzcuaro, a sólo media hora en lancha, se sitúa Janitzio, isla en la que, del 31 de octubre al 2 de noviembre, se celebra la Noche de los Muertos, una fiesta dedicada a la vida y no a la muerte. Y, más allá, la ruta continúa por Uruapan, donde en las próximidades de su Parque Nacional se encuentra la huatápera (construcción colonial de los frailes franciscanos) en la que se cree que murió Vasco de Quiroga.

Nurío, Angahuan, el volcán Paricutín y, a sus pies, Zacán afamado por su fiesta de la Raza Purépecha son las últimas paradas de este itinerario que sigue el rastro del misionero español. En todos ellos se elaboran diferentes artesanías que, desde la época de Vasco de Quiroga, mantienen el mismo proceso de elaboración: los candeleros de barro vidriado negro de Santa Fe de la Laguna, los tejidos artesanales en pánikua (fibra natural de trigo) de Tzintzuntzan, los bordados y alfarería de Nurío... Mucho por descubrir, por vivir y por sentir.

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Ruta de don Vasco y Turismo de Michoacán.

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