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Decir Loira es decir castillos. Dos términos que no parecen entenderse el uno sin el otro. Y es que desde el nacimiento en Mont-Gerbier-de-Jonc de este gran río que dibuja un paisaje perfecto y armonioso hasta que muere en el océano Atlántico, sus riberas muestran un impresionante catálogo de castillos y palacios a cual más soberbio que nos transporta a los cuentos de príncipes y princesas de nuestra infancia. Cada uno de ellos tiene su historia, su carácter, algunos fueron residencia de reyes y otros de nobles que organizaban en ellos fabulosas fiestas y cacerías en los bosques que los rodean, la mayoría dan testimonio del máximo esplendor renacentista, pero todos ofrecen la imagen más exquisita del buen vivir francés.

Bastaría una visita a uno sólo de los más de mil castillos que rivalizan en belleza y opulencia en este verde decorado que es el valle del Loira, declarado Patrimonio de la Humanidad, como botón de muestra del refinamiento francés. Más impactante puedes resultar hacer la ruta que une los 19 más representativos de la región (Chambord, Amboise, Blois, Cheverny, Clos Lucé, Vilandrey, Chenanceau…), pero nada como pasar unos días a cuerpo de rey en alguno de los que hoy han sido transformados en hoteles de lujo. Aquí tienes una pequeña selección de residencias con encanto, unas más grandes, otras con más prestigio, que te abren sus puertas para que tú también te sientas parte de su historia.

Châteaux de Arpentis
Escondido en un tranquilo parque de 30 hectáreas en la aldea de Saint-Regle, Arpentis es un castillo de esos de cuento. Se intuye ya desde su fachada, pero se mire por donde se mire no hay discusión. Con un gusto exquisito se han decorado sus habitaciones, que exhiben camas con dosel, chimeneas, baños con bañeras de patas y amplios ventanales asomados al verde entorno y a la piscina, pero si hay un lugar especial es la suite, un refugio en la parte más alta del castillo donde descansar, en sus 120 m2, y sentirse una auténtica princesa.

Relais & Châteaux Les Hautes Roches
La singularidad de este alojamiento radica en que es el primer hotel de lujo troglodita y que muchas de sus habitaciones están excavadas en la roca. Frente al Loira, su cocina, de influencia bretona, también es un referente gastronómico. Ánimate a particidar en alguno de los cursos de cocina que organizan para pequeños grupos.

Chateau d’Artigny
A 15 kilómetros de Tours, este castillo-hotel del siglo XVIII es uno de esos lugares que parecen concebidos para una escapada romántica. Son sólo seis habitaciones y dos apartamentos repartidos por distintos pabellones los que garantizan la privacidad en esta suntuosa casa de campo ubicada en un parque de 25 hectáreas. Para disfrutar en pareja también hay otros alicientes, como la cocina de su restaurante gourmet, sus amplias instalaciones deportivas, las veladas musicales que se organizan en sus elegantes salones de mármol y columnas doradas y, por supuesto, un spa que invita al relax.

Château Le Choiseul
A las puertas de la ciudad de Amboise tres construcciones dan forma a este castillo-hotel con vistas al Loira. La Casa de la Ermita y la Casa del Boticario acogen las habitaciones y un puñado de apartamentos con amplios ventanales que rivalizan en belleza y detalles, y la Casa del Duque, que da cobijo a la recepción, el bar y el restaurante, cuya refinada cocina premiada con una estrella Michelín es un aliciente más para pasar unos días en él.

Relais & Châteaux Château de Noizay
La historia de este castillo tiene una fecha para no olvidar: 1560. Fue entonces cuando se convirtió en baluarte de los protestantes durante la conjura de Amboise, que llevó a éstos a preparar un complot contra el rey Francisco II por no poder vivir libremente su religión frente a los católicos. Acabados ya esos tiempos convulsos, hoy el castillo de Noizay es un encantador edificio del siglo XVI, embellecido a lo largo de los siglos y rodeado de jardines de estilo francés con vistas a la aldea vinícola de Noizay.

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Valle del Loira