Una bodega bajo el mar
Ni collares de perlas ni doblones de oro, el tesoro aquí es el vino. Vive una experiencia lúdico-gastronómica practicando buceo enológico en la primera bodega submarina de Europa.
La curiosa experiencia consiste en descender al fondo de mar, abrir uno de los cofres de madera situados a 10 metros de profundidad y extraer una botella de las 400 que guardan para luego degustarla en un restaurante de la cala. El vino proviene de Viña Casanueva , en Chile , y aquí hace su maduración , que dura un mínimo de un mes. La diferencia entre los vinos de las bodegas convencionales es que aquí los negros son más aromáticos y los blancos tienen notas minerales, más parecidos al cava, debido a la temperatura constante de las aguas –más baja que en una bodega convencional-, a la luminosidad, humedad y al movimiento causado por las corrientes.
De la mano de un instructor, los buceadores se sumergen en las aguas –los principiantes a ocho metros, los expertos a 18-, en busca de estas botellas que reposan en lugares secretos de las profundidades, fuera de las rutas habituales de los submarinistas. Las inmersiones, que se organizan a través del club de Buceo Cala Llevadó Watersports, resultan doblemente interesantes, ya que a la belleza de los fondos marinos de la Costa Brava se une la recompensa final: beberse el vino en las mesas a pie de playa del Beach Club, situado en esta encantadora cala escondida entre rocas y pinos.
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Inmersión Cavas Submarinas