Murillo está de moda en Sevilla
No hacen falta excusas para volver a la capital andaluza, pero si te empeñas en encontrar una: sigue los pasos del gran pintor sevillano, que estos días da nombre a una exposición, una ruta cultural y hasta unas jornadas gastronómicas. Sugerente, ¿no?
Hasta el 30 de mayo de 2010 el Museo de Bellas Artes de Sevilla presenta la exposición El joven Murillo, una muestra de la actividad artística del gran pintor sevillano del siglo XVII que explora sus casi veinte primeros años a través de 40 pinturas seleccionadas entre los museos y colecciones de todo el mundo. Aunque se trata de obras de juventud y no tan importantes y populares como las de su madurez, son enérgicas, sólidas y personales y muestran claramente todos los elementos constitutivos de su personal modo de entender los temas religiosos, destacando la intensa presencia humana de los personajes.
La exposición te servirá de perfecta excusa para prolongar la visita y volver a descubrir Sevilla de la mano de un inmejorable guía: el joven Murillo. Por eso tras pasar por el Museo de Bellas Artes el periplo debes continuarlo por los lugares que exponen obras del artista en la ciudad. Sin dudarlo tienes que pasar por la Catedral, donde podrás extasiarte en la sacristía Mayor ante los retratos de San Leandro y San Isidoro, patrones de la ciudad. En la bóveda de la Sala Capitular figura además una magnífica serie de obras del pintor; un conjunto presidido por La Inmaculada, una de sus grandes obras. Y en la capilla de San Antonio, la excepcional pintura de La Visión de San Antonio, una de las creaciones fundamentales de toda su obra.
La ruta continúa por el Hospital de la Caridad, donde admirar dos de sus obras originales: Moisés haciendo brotar el agua de la roca y La multiplicación de los panes y los peces, y el Ayuntamiento de Sevilla, en cuya sala San Fernando encontrarás bocetos del pintor.
Al mismo tiempo, el itinerario descubre lugares relacionados con la vida del pintor y donde dejó su impronta, como la parroquia de la Magdalena, que acoge la pila donde fue bautizado Murillo el 1 de enero de 1618, o la Casa Murillo, en el barrio de Santa Cruz, su residencia los últimos años de su vida.
También aparecen diseminados por la ciudad monumentos dedicados al pintor, como el ubicado en la Plaza del Museo, el monumento a la Inmaculada en la Plaza del Triunfo o el Palacio de San Telmo, cuya fachada norte está coronada por doce estatuas de sevillanos ilustres, entre los que se encuentra Murillo. Sin olvidar los Jardines de Murillo, que comunican el barrio de Santa Cruz con el paseo de Catalina de Ribera.
Un itinerario que resulta aún más sugerente si entre visita y visita se hace parada en algunos de los 32 restaurantes y bares adheridos a la nueva Ruta Cultural y Gastronómica de Murillo, que te permitirá degustar platos elaborados con productos que ya se consumían en la época. Tienes que venir ya.
Más información
Turismo de Sevilla
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