Dulce Navidad

Turrones, mazapanes, polvorones… ¿cuál es tu favorito? Si eres golosa y en estas fechas no puedes pasar sin ellos, te sugerimos un viaje por las ciudades y pueblos cuyos nombres van asociados a alguna de estas delicatessen. Podrás comprar y degustar y luego… caer rendida.

by hola.com

VER GALERÍA

Hace semanas que los supermercados nos seducen con los expositores llenos de turrones. Y es que las navidades no serían navidades sin los postres y dulces que son típicos de esta época. Son tan necesarios e imprescindibles como los decorados -el belén, las guirnaldas, el árbol, los reyes magos, las luces...- y algunos de ellos guardan tradiciones centenarias.
Si viajas a Toledo y una vez visitada la Catedral y el Alcázar, recorridas sus puertas y puentes, entrado en sus museos, iglesias, conventos y sinagogas y seguidas las huellas de El Greco por la ciudad, no debes volver a casa sin una cajita de mazapanes, es el recuerdo más dulce que te quedará de tu escapada. La plaza de Zocodover es el lugar perfecto para aprovisionarse de este bocado de origen árabe - uno de los tres pueblos que hicieron de Toledo la ciudad de las tres culturas- y la confiteria Santo Tomé, garantía de la mejor tradición, cuyo obrador se encuentra en la misma calle Santo Tomé; aunque también hay conventos, como Santa Úrsula, San Antonio o Santo Domingo el Antiguo, que elaboran sus propios y deliciosos dulces.

Si merecida fama tienen los mazapanes de Toledo, también los de las localidades aledañas: Ajofrín, Gálvez, La Mata y, sobre todo, Sonseca, donde debes hacer parada para entrar en el Museo del Mazapán, instalado en la fábrica de turrón Delaviuda.

Otro de los hitos en esta dulce ruta navideña es Jijona. Esta localidad de la provincia de Alicante, en la falda de la Penya Roja y próxima a Alcoy, vive del y para el turrón. Se produce aquí desde hace cinco siglos y, como el mazapán, fueron los musulmanes los que lo comenzaron a elaborar con la miel de las colmenas de los montes de los alrededores y los frutos de los almendros que llenan de singular magia estas tierras en los últimos meses del invierno.

No hay turrón igual en el mundo que los fabricados en este pueblo alicantino, en sus dos variedades: duro (también conocido con el nombre de Jijona) y blando (o de Alicante). Se han ganado la denominación de origen gracias al factor artesanal, a la calidad de las materias primas y a una receta inigualable. Una vez en Jijona resulta imprescindible la visita al Museo del Turrón. Fue creado por la familia Sirvent para mostrar una de las industrias más antiguas de la Comunidad Valenciana, con más de dos siglos de existencia. El edificio ocupa la antigua fábrica de turrones El Lobo y 1880 (conocido éste como “el turrón más caro del mundo”) y en su interior se puede seguir la evolución de esta actividad artesana, que poco ha ido ampliando su gama de sabores: guirlache, yema… e incorporando nuevos productos: mazapán, polvorones, torta imperial…

Otra de las localidades afamadas por su turrón es Agramunt, en la provincia de Lleida. Si su imponente iglesia románica de Santa María ya merece una visita por sí misma, mucho más completar el recorrido por esta sugerente villa declarada conjunto histórico artístico degustando su turrón de resonancias históricas, ya que se elabora en ella desde el siglo XVIII. En el número 4 de la plaza de la Iglesia se encuentra la pasteleria Roig, en la carretera de Tarrega, Vicens y tambien esta A.Lluch, donde puedes hacer buen acopio de algunas tabletas, y de paso, comprar también el afamado y delicioso chocolate a la piedra de Agramunt, que mantiene el sabor fuerte y un tanto amargo del chocolate más puro.

El dulce del que más kilos se come en navidades es sin duda el humilde mantecado, que no falta en ninguna bandeja española. La localidad de Estepa, enclavada en la campiña sevillana y con un buen puñado de monumentos de interés –como la solitaria torre de la Victoria o el castillo-, es la capital mundial de este producto. Bien vale un viaje en estas fechas para conocer en profundidad cómo y dónde se elaboran no sólo estos dulces, también otros típicos de la Navidad, como alfajores, roscos de vino, polvorones, empiñonados, bolas de coco…, en fin, un surtido inmenso que podéis probar en algunos de los locales y fábricas que se extienden por toda Estepa, como la de E.Moreno, El Patriarca o San Enrique.

Los dulces de Navidad elaborados en Rute gozan también de gran prestigio tanto dentro como fuera de Andalucía, gracias a una cuidada selección de materias primas y a una elaboración esmerada. Los días previos a la Navidad, Rute se llena de visitantes para adquirir estos preciados productos en las tres empresas más importantes de esta localidad cordobesa: Galleros Artesanos, Garrido, que acoge un Museo del Turrón y, este año, como novedad, un nacimiento a tamaño real en chocolate, y La Flor de Rute, con un museo dedicado al mantecado en su interior.

Que tu dulce más deseado son los alfajores, pues no te pierdas los de Medina Sidonia si pasas por la provincia de Cádiz. Este dulces de alajú con forma de rosquilla o alargados están protegidos por la denominación de origen y tienen un claro origen árabe, no en vano esta localidad fue la capital de la repostería del mundo musulmán. Y si te gusta el guirlache, debes viajar a Alcoy o a Zaragoza. Y también están los almendrados de Allariz, los dulces de los conventos de toda España que en esta época tienen a sus monjas haciendo horas extras en la cocina… Una ruta tan interminable como apetitosa y mil tentaciones ante las que caer rendida.

Opina en nuestro foro:
¿Dónde vas a viajar estas navidades?

Más sobre: