¿Gripe o resfriado? Cómo diferenciarlos por sus síntomas y remedios que funcionan

Si no sabes si has cogido la gripe, o un simple resfriado, te explicamos cuáles son los síntomas para que puedas diferenciarlos. Además, te damos las claves para acertar con el tratamiento y desmotamos algunos mitos como si es bueno o no sudar.

Por hola.com

¿Será Gripe o es un simple resfriado? Esta es la pregunta más común durante los meses de frío. Y es que con la bajada de las temperaturas nuestro cuerpo tiene más riesgo de enfermar y contraer infecciones víricas. Para intentar prevenirlo, lo mejor es reforzar al máximo nuestro sistema inmunológico y poner medidas para evitar el contagio. Pero si ya lo hemos cogido, saber de qué se trata nos ayudará a recuperarnos antes y anticiparnos a las complicaciones. Te explicamos cuáles son las diferencias entre una gripe o un resfriado o catarro común y qué debes hacer para cuidarte. 

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¿Qué tienen en común la gripe y el resfriado? 

Ambas son infecciones causadas por virus. "El responsable de la gripe es el virus influenza mientras que en el resfriado existen más de 200 tipos diferentes de virus capaces de desencadenar los síntomas. Los más comunes son el rinovirus y el coronavirus", explica el doctor Manuel Linares, de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen).

¿Producen los mismos síntomas? 

Parecidos. Los síntomas de la gripe suelen ser fiebre alta (casi siempre, más de 38ºC), dolor de cabeza, muscular, cansancio, irritación ocular, estornudos, congestión nasal y tos, que a veces puede ser severa. El resfriado también se manifiesta con dolor de cabeza, estornudos, tos (aunque suele ser leve), irritación de los ojos y congestión nasal. Rara vez provoca fiebre y, si la produce, solo serán unas décimas. El cansancio, en el resfriado, suele ser leve también. Por otro lado, el periodo de incubación de la gripe es más corto (entre 18-36 horas) y el del resfriado más largo (48-72). Los síntomas de la primera pueden durar hasta diez días y en el caso del resfriado, lo normal es que en una semana esté curado, aunque la tos puede durar permanecer hasta dos semanas. 

¿Cómo se contagian? 

Si algo caracteriza a estas dolencias es su alta capacidad de propagación y, en el caso de la gripe, convertirse en epidemia. Las dos infecciones se transmiten a través de las gotitas de saliva que se expulsan al hablar, toser o estornudar. Penetran en el organismo por los ojos, la nariz, la boca y al tocar objetos previamente infectados. Por eso hay que extremar la higiene y lavarse las manos con frecuencia. Al toser o esturnudar se aconseja utilizar un pañuelo de papel y desecharlo. 

¿Hay personas con más riesgo?

Sí. Hay grupos de población más vulnerables a la gripe. Por ejemplo, los niños menores de 5 años, adultos mayores de 60-65, mujeres embarazadas, personas que viven en residencias u otros centros de cuidado a largo plazo, personas con patologías crónicas como asma, enfermedades neurológicas, pulmonares crónicas, enfermos cardiacos, individuos con problemas sanguíneos, trastornos endocrinos (como diabetes), obesidad, afecciones renales o hepáticas, pacientes con el sistema inmunitario más debilitado a causa de alguna enfermedad o la toma de medicamentos. En cuanto al resfriado, puede afectar a cualquiera, aunque depende de lo reforzado que esté el sistema inmune. 

¿Voy a resfriarme si llevo el pelo mojado? 

No. De hecho, es uno de los mitos más frecuentes en salud. Dado que la gripe o el resfriado se transmiten por virus, es imposible que suframos esta enfermedad por salir a la calle con el pelo mojado. Ahora bien, no tiene ningún sentido exponerse a las bajas temperaturas sin abrigo o sin secar el cabello, ya que el organismo necesitará hacer un sobreesfuerzo para calentarse y esto puede estresar al sistema inmunológico, haciéndonos más vulnerables al frío

¿Salir a la calle nos hace más vulnerables al contagio de los virus?

En nuestra casa generalmente vivimos en un ambiente cálido de unos 20-25 grados de temperatura. Sin embargo, al salir a la calle en estas fechas, nuestro cuerpo tiene que adaptarse a una bajada de temperatura de unos 15-20 grados de forma brusca, dependiendo de la zona de España en la que vivamos. "Estos cambios súbitos y no paulatinos de temperatura ponen a prueba nuestro sistema inmune, ya que el frío de la calle hace que nuestras defensas naturales ante infecciones no funcionen de manera óptima. Además, estos cambios de temperatura pueden favorecer el padecer infecciones respiratorias. Asimismo, el frío tendría otro impacto negativo, concretamente sobre las mucosas, alterando nuestras defensas naturales y favoreciendo de esta forma la entrada y transmisión de virus", explica el doctor Linares. 

¿Cuál es el tratamiento más eficaz? 

La mejor forma de actuar frente a la gripe o el resfriado es guardando reposo (sobre todo en la primera) y dejar que pase. Debido a su alta capacidad de contagio y de epidemia, si sospecha que se podría padecer la gripe, es aconsejable quedarse en casa. Por otro lado, hay que tomar abundantes líquidos y, si es necesario, medicamentos para los síntomas: antitusígenos para aliviar la tos, analgésicos contra el dolor de cabeza y muscular, descongestionantes así como antitérmicos si hay fiebre. Asimismo,  "en determinados pacientes con riesgo aumentado de complicaciones, podría ser necesario el uso de antivíricos, siempre bajo prescripción médica", indica la doctora Lucía Alvela, especialista en Medicina Interna del Hospital HM Rosaleda de Santiago de Compostela.

¿Es bueno sudar para librarnos antes de los síntomas?

Sudamos principalmente por cuatro razones: como respuesta emocional a un estímulo, para regular nuestra temperatura corporal, para la eliminar toxinas o sustancias de nuestro metabolismo y como reacción ante alguna enfermedad. Por ejemplo, en una gripe aparece la fiebre porque nuestro sistema inmunológico trata de esta forma de combatir y eliminar el virus. Al aumentar la temperatura corporal, se produce la sudoración. Esta es una reacción normal de nuestro organismo, con el objetivo de regular nuestra temperatura corporal en unos márgenes adecuados. Por tanto, sudar forma parte de la evolución natural del proceso infeccioso; sin embargo, "la creencia de que cuanto más sudemos antes nos libraremos de los síntomas, no es correcta. Si aumentamos en exceso nuestro calor corporal, hará que nos cueste más regular y bajar la temperatura y que nos sintamos peor. Por ello, el exceso de ropa o de abrigo en algunos casos en vez de ayudar puede ser perjudicial", matiza el doctor Linares. 

¿Debo tomar antibióticos? 

Rotundamente, no. Las dos infecciones son víricas y los antibióticos están destinados a tratar enfermedades bacterianas, por lo que no son útiles en estos casos. Además, el uso indebido de antibióticos pueden causar resistencias bacterianas y no ser eficaces cuando realmente se necesiten. Solo en algunos casos en los que la gripe o el resfriado se compliquen y el médico sospeche que puede haber una infección por bacterias, prescribirá estos fármacos.  

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¿La cebolla en la mesilla nos ayuda a combatir la tos?

Existe la creencia popular en nuestro entorno de que el contacto del jugo de la cebolla con las vías respiratorias reduce los síntomas catarrales al igual que la colocación de la misma en la proximidad de personas con catarro como remedio casero para el tratamiento de la tos nocturna. Sin embargo, "la eficacia y utilidad de esta práctica tan extendida no ha podido ser demostrada por la evidencia científica, aunque tampoco se conocen sus riesgos. (Lo mismo sucede con el ajo, supuestamente con efectos antimicrobianos y antivirales, pero con el que no se ha demostrado su eficacia en los procesos catarrales)", aclara Linares. El único alimento o preparado que sí ha demostrado ser bueno para combatir el frío y los síntomas del resfriado es el caldo. 

¿Cuándo puede volverse algo serio?

Según explica el doctor Linares, la gripe mal curada puede provocar infecciones en vías respiratorias superiores (fosas nasales, garganta) y vías respiratorias inferiores (pulmones). Una de las complicaciones de la gripe más frecuentes es la sinusitis, caracterizada por descarga de moco, obstrucción nasal, dolor de cabeza en la frente y región superior de la cara, estornudos, tos y fiebre moderada. Otra complicación de mayor gravedad es la neumonía, una infección pulmonar en su mayor parte provocada por una bacteria que precisa un rápido diagnóstico y tratamiento. Por otro lado, el catarro mal curado tiene como complicación una infección respiratoria. Sin embargo, los síntomas son más leves que los de la gripe mal curada, localizándose en nariz y garganta hasta que bajan al pecho, y pueden dar lugar a una bronquitis.

Si se manifiesta dificultad respiratoria, dolor torácico, alteración del nivel de conciencia o datos de deshidratación tales como mareo o escaso volumen de orina, hay que visitar al médico. También es aconsejable acudir en caso de que la fiebre persista durante un período superior a una semana. En el caso de los grupos de riesgo mencionados, siempre se aconseja consultar con su médico habitual.

¿Debo vacunarme de la gripe?

La vacuna antigripal es la mejor medida para prevenirla y evitar complicaciones, aunque no brinda protección total. Los grupos que deberían recibir la vacunación antigripal incluyen las personas mayores de 65 años (sobre todo si conviven en instituciones cerradas), las embarazadas, y los niños y adultos con enfermedades metabólicas, obesidad mórbida, insuficiencia renal, asplenia (o ausencia del bazo), hepatopatía crónica, anemia, enfermedad neuromuscular grave, cáncer e inmunodepresión.También deberían vacunarse aquellas personas que podrían transmitir la gripe a poblaciones especialmente vulnerables. Eso incluye a personal que trabaja en centros sanitarios (también estudiantes), instituciones geriátricas, bomberos, cuerpos de seguridad del Estado, trabajadores de emergencias y de Protección Civil.

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“Los pacientes con patologías respiratorias crónicas (EPOC, bronquiectasias, asma o fibrosis quística, entre otras) pueden presentar complicaciones potencialmente mortales, fundamentalmente neumonías, si enferman de gripe. Por ello, la vacunación antigripal es una medida imprescindible en el arsenal terapeútico con que manejamos a estos pacientes”, señala el doctor Francisco Javier García Pérez, de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).

¿Tomar dosis altas de vitamina C previene y cura el resfriado y la gripe?

"La vitamina C no previene ni cura los catarros ni la gripe y tampoco alivia sus síntomas una vez que estos han comenzado. Sin embargo, tener una alimentación adecuada y rica en vitamina C es fundamental para el buen funcionamiento de nuestro sistema de defensas. Su carencia en el organismo se relaciona con una disminución de la efectividad del sistema inmune y el aumento de infecciones", advierte el doctor de la Semergen. 

¿Cómo puedo librarme entonces de la gripe o el catarro? 

Evitar las zonas de contagio es difícil porque cualquier lugar puede serlo. Pero si tu sistema inmunológico está fortalecido, reducirás la probabilidad. "La respuesta de por qué hay personas que se actarran más que otras o cogen cada año la gripe hay que buscarla en nuestro sistema inmune. Por ejemplo, dos personas diferentes ante el mismo virus pueden desarrollar mecanismos inmunes totalmente diferentes, uno que pase totalmente inadvertido para quien lo padece y otro que desarrolle los conocidos y molestos síntomas del catarro con una respuesta inmune más florida", señala el doctor de la Semergen.

La clave, para intentar librarte de estas afecciones, está en llevar una dieta sana en la que comas alimentos como frutas, verduras, hortalizas, legumbres, cereales, carnes magras y pescado (preferentemente azul). El ejercicio también es un buen aliado para fortalecer tu sistema inmunológico. Y, por supuesto, no hay que fumar, ni tomar otras drogas, y reducir al mínimo el consumo de alcohol.