Neurología

¿Qué ocurre en el cerebro de una madre para que llegue a dar la vida por la de su hijo?

Ni huyen ni permanece inmóviles. A difrerencia del resto de animales, los humanos reaccionan defendiendo a su descendencia cuando perciben una amenaza. ¿Qué ocurre en sus cerebros para que actúen así?

Por hola.com

De las aves a los mamíferos, de los peces a los reptiles… ante una amenaza inminente, la reacción inmediata del animal es, por lo general, dejar de moverse en un intento de pasar desapercibido o huir dejando atrás al resto del grupo o incluso a sus crías. Sin embargo, la especie humana actúa de un modo bien diferente. Cuando los padres sienten que una amenaza puede poner en riesgo sus vidas y las de sus hijos, anteponen la protección de su descendencia. ¿Qué sucede en el cerebro de los padres para que estén dispuestos a sacrificar su propia vida por la seguridad de sus hijos?

Un equipo de neurocientíficos ha resuelto el misterio sobre la brecha existente entre los dos fenómenos mencionados: la autodefensa del animal frente a la defensa de las crías. La investigación, realizada en ratas hembras, concluye que el comportamiento de los humanos, basado en defender a sus descendientes, es consecuencia de la liberación de la oxitocina, la hormona producida en el hipotálamo que es la encargada de modular comportamientos sociales, patrones sexuales y la conducta parental. En las mujeres, por ejemplo, se libera oxitocina en grandes cantidades tras la distensión del cérvix uterino y la vagina durante el parto.

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La oxitocina, la hormona que convierte a los hijos en la prioridad

Dado que la oxitocina actúa sobre muchas partes del cerebro y afecta a muchos comportamientos, para los investigadores es difícil interpretar los resultados derivados de la manipulación de esta hormona. De ahí que, hasta ahora, la ciencia solo haya demostrado que la liberación de oxitocina en la amígdala es capaz de inhibir la reacción básica de autodefensa del animal y producir la “congelación” del mismo, es decir, que deje de moverse. Sin embargo, nunca se había aclarado científicamente la utilidad potencial de la inhibición de la autodefensa. Lo ha conseguido un grupo de científicos liderados por el Champalimaud Centre for the Unknown de Lisboa y sus resultados han sido publicados en la revista eLife, dirigida por el premio Nobel de Medicina de 2013, Randy Schekman.

Este reciente estudio ha permitido analizar el comportamiento defensivo de la madre en presencia de sus cachorros y en ausencia de ellos. Al mismo tiempo, da a conocer si la acción de la oxitocina en la amígdala es necesaria para la regulación de este comportamiento. Para ello, los científicos manipularon el circuito exacto donde se sabe que la oxitocina conduce a la inhibición de la congelación.

Detalles de la investigación: ratas madres que arriesgan su vida por las de sus hijos

Los experimentos consistieron en condicionar a las ratas madre, en ausencia de sus cachorros, a asociar un olor a menta con la inminencia de una descarga eléctrica inofensiva. Después del entrenamiento, estas ratas percibieron el olor como una amenaza y se congelaban en consecuencia. En presencia de los cachorros, las madres no se congelaban, sino que trataban de proteger a sus crías del olor de la menta, atacando el tubo de donde provenía el olor o acumulando trozos de material del nido para bloquear el tubo. Cuando los científicos bloquearon la actividad de la oxitocina en el amígdalas de las madres, estas comenzaron a congelarse tan pronto como percibieron la amenaza olvidando sus “deberes” maternos.

La autora principal del estudio, la doctora Marta Moira, asegura que este trabajo proporciona un nuevo marco experimental para estudiar las señales transmitidas por los cachorros que hacen que el cerebro de su madre libere oxitocina en la amígdala frente al peligro. “Sabemos que la comunicación química es muy importante entre madres e hijos, pero aún no hemos identificado los estímulos sensoriales que activan la oxitocina”, añade.