El Síndrome de la Clase Turista, ¿se puede prevenir?

Útiles consejos para intentar evitar este problema, recientemente reconocido por la Organización Mundial de la Salud

Por hola.com

Cada vez son más las personas que utilizan el avión como medio de transporte para sus desplazamientos. Estamos en plena Semana Santa y, tal vez hoy mismo o a lo largo de los próximos días tenga que pasar por un aeropuerto rumbo a su destino vacacional. Por este motivo, cada vez se tiene más en cuenta una dolencia, el Síndrome de la Clase Turista, que acaba de ser reconocido por primera vez por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un problema "importante" para la salud pública mundial. La OMS acaba de publicar un estudio que ha determinado que las trombosis relacionadas con los vuelos en avión se han incrementado en los últimos años como consecuencia del aumento de los viajes largos y la propensión de muchos pasajeros a padecer complicaciones circulatorias.

Así, el riesgo de sufrir una trombosis se duplica durante los viajes de más de cuatro horas en cualquier medio de transporte que obligue a permanecer sentado. El informe elaborado por esta agencia de las Naciones Unidas puntualiza que un viaje de cuatro horas de duración ya puede considerarse como largo.

Las personas con más riesgo de padecer este síndrome son, sobre todo, aquellas que tienen problemas circulatorios severos, las que anteriormente han padecido trombosis o las diagnosticadas con enfermedades hematológicas. Aquellos que padezcan alguna de estas enfermedades, antes de emprender un viaje de estas características, deberán consultar a su especialista (cirujano vascular, hematólogo) para que les proporcionen consejos adicionales y específicos según su caso.

Los Drs. Carlos Lisbona y Xavier Puncernau, de la Unidad de Cirugía Láser de Varices del Centro Médico Teknon, nos detallan unos sencillos consejos para evitar el riesgo de padecer el Síndrome de la Clase Turista. Tome nota:

  • Realizar círculos de tobillo, girando los dos, uno en el sentido de las agujas del reloj y el otro al contrario, con la punta de los pies en el suelo y los tobillos izados.
  • Hacer flexiones de pies, apoyando el talón en el suelo y levantando la punta hacia arriba.
  • Levantar la rodilla; con la espalda apoyada sobre el respaldo suba una de las piernas a media altura con la rodilla flexionada, mientras contrae el muslo. Baje la pierna relajando el músculo e inicie el ejercicio con la otra pierna.
  • Si es posible, pasear por la cabina cada una o dos horas.
  • Beber con regularidad pequeñas cantidades de agua, para evitar la deshidratación.
  • Y, además, elegir para realizar el viaje ropa y calzado cómodo, que no nos oprima.