Sentados en un sofá y con un sobrio fondo azul claro, los príncipes y sus hijos posan en la primera de las dos fotografías con una sonrisa, que en el caso de Oscar es, si cabe, aún más amplia, confiriendo a la imagen algo más de naturalidad que sus padres y hermana. Además de proporcionar la única nota de espontaneidad al retrato, el pequeño aporta el contraste de color gracias a su camisa, de color azul claro en lugar de oscuro, como el resto de su familia