El difícil momento de Silvia y Magdalena de Suecia en el funeral de una buena amiga

La princesa y su madre se han mostrado desoladas tras el fallecimiento de Anki Wallenberg como consecuencia de un accidente náutico

Por hola.com

El pasado mes de junio, Anki Wallenberg, de 68 años, se encontraba navegando cerca del conocido como Lago de Ginebra, en Suiza. Una tormenta desató un fuerte oleaje que provocó que el barco en el que viajaba junto a su pareja actual se estrellase y se hundiese a solo 15 metros del puente más cercano. Este jueves, tenía lugar el funeral en memoria de Anki y a él han acudido unas 120 personas, como sus familiares más cercanos -como sus dos hijos, Jacob y Nicholas-, y sus amigos más queridos, entre los que se encontraban dos miembros de la realeza europea: Silvia y Magdalena de Suecia.

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Ataviadas con vestidos en tonos claros y visiblemente afectadas, madre e hija se han dejado ver en la iglesia de Dalarö, a las afueras de Estocolmo, donde el sacerdote Fredrik Santell ha celebrado una misa muy emotiva y plagada de momentos de gran simbolismo en recuerdo de la fallecida. A su llegada, la reina y la princesa se han fundido en abrazos con algunos de los presentes y se han mostrado muy cercanas y cariñosas con los más allegados a Anki, quien fue una persona muy importante en la vida de la Familia Real sueca.

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Aunque muchos no lo sepan, Magdalena de Suecia y su mejor amiga, Louise Thott -que también acudió al funeral y se reencontró con la princesa- vivieron con Anki en el distrito de Chelsea (Londres) mientras estudiaban siendo jóvenes. El hecho de darles cobijo en su casa -en la que residió desde los años 80- supuso una tranquilidad para la reina Silvia, dado que sabía que su hija se encontraba en buenas manos y cuidada durante el tiempo que pasó en el extranjero. Fue, de hecho, ella quien le pidió que las acogiera. De ahí que siempre se mostró muy agradecida con la fallecida. Magdalena, incluso, no dudó en invitar a la fallecida a su boda con Chris O'Neill en 2013.

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Durante la Eucaristía, un coro puso música a esta bonita despedida. Sonó Forever Young de Alphaville, entre otros temas, y uno de los hijos de Anki, Jacob, cantó Danny boy y Tears in heaven, de Eric Clapton. Además, sonaron las notas de Clair de Lune (Debussy) en un arpa y una flauta. Tras la misa, los hijos de Anki se encargaron de transportar el ataúd de su madre al ritmo del Ave María de Schubert. La decoración también sirvió para homenajear a la amiga de Silvia de Suecia. Así, las rosas color melocotón y otras tantas flores blancas recordaron a la que un día fue una suerte de segunda madre para la princesa Magdalena.

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