Jacques y Gabriella de Mónaco, dos pequeños exploradores en su primer viaje a Sudáfrica

La princesa Charlene de Mónaco ha viajado a su tierra acompañada de sus dos hijos, que han quedado maravillados con la imponente naturaleza del país

Por hola.com

Para Charlene de Mónaco visitar su tierra siempre es motivo de felicidad, pero en esta ocasión lo hace con la mejor compañía. Sus hijos, de 4 años, han visitado por primera vez Sudáfrica y su madre no ha podido evitar compartir en sus redes sociales la experiencia de Jacques y Gabriella. Sus caras de asombro ante los impresionantes parajes naturales del país lo dicen todo. Los pequeños de Mónaco han demostrado que son capaces de adaptarse a todas las circunstancias y pasar de las formalidades de Palacio a explorar la naturaleza como auténticos expedicionarios.

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“Primera experiencia africana”, escribió la princesa Charlene en su cuenta oficial de Instagram junto a un vídeo en el que recoge escenas de lo que parece un safari que encandiló a los niños. Además de paisajes incomparables y la fauna característica de la región, como hipopótamos, jirafas y cebras, también podemos ver a Jacques y Gabriella disfrutar del contacto con la naturaleza, tanto subidos al jeep que les trasladaba por sabana como corriendo por los campos sudafricanos.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

First African Experience

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Según publica la revista francesa Gala, Charlene y sus hijos pasarán unos días en el país, de manera que los niños podrán exprimir al máximo esta experiencia inolvidable. Por su parte, la Princesa de Mónaco también ha aprovechado la visita a su tierra para asistir a una prueba anual de natación en aguas abiertas en la que ella misma participó en 2011 cuando era nadadora profesional.

La princesa de Mónaco vive ahora una vida de ensueño en el Principado, pero su infancia está lejos de ser un cuento de hadas. Pasó los primeros años de su vida como refugiada en Sudáfrica tras estallar la guerra en su Rodesia natal, hoy parte de Zimbabue, y no olvida las necesidades que tanto ella como su familia sufrieron. Por ello, Charlene se siente orgullosa de sus raíces africanas y nunca ha dejado de preocuparse por su tierra.  Hace dos años confesó que soñaba con el día en que sus hijos conocieran su país  ya que “está en mi corazón y en mis venas”, explicaba la mujer de Alberto de Mónaco.