El nuevo glamour de Mónaco

El Principado ha brillado en todo su esplendor para el bautizo de los mellizos Jacques y Gabriella

by hola.com

El domingo diez de mayo de 2015 pasará a la historia monegasca como el día en el que se bautizó al Marqués de Baux, Heredero al trono del Principado y a su hermana, la Condesa de Carladés. Un acontecimiento que no se vivía desde hace 56 años cuando el príncipe Alberto recibió las aguas bautismales. La familia Grimaldi, la familia Wittstock​ y los amigos más cercanos se han dado cita Catedral de Nuestra Señora Inmaculada, también conocida como de San Nicolás, para arropar a los pequeños Jacques y Gabriella de Mónaco, en el día en el que además cumplían sus cinco meses de vida.

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Las escaleras de entrada a la puerta principal de la Catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada, también conocida como Catedral de San Nicolás, se habían engalanado para la ocasión con los monogramas en dorado de los príncipes Jacques y Gabriella. Calas, lirios, rosas… Las flores blancas, hasta 6.000, inundaron Mónaco en una mañana en la que en el Principado no dejó de brillar el sol. La princesa Charlene había supervisado al máximo cada detalle que rodeó al bautizo de sus mellizos, desde la elección de las flores hasta las lecturas de la ceremonia, pasando por el menú del chef Christian García o la música del coro dirigido por Pierre Debat. Durante meses preparó este día con mimo, por lo que no es de extrañar que el resultado haya sido impecable

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Cuando la ceremonia tocó a su fin, tras firmar el acta bautismal, los Príncipes Alberto y Charlene, padrinos, madrinas y el Monseñor Barsi se situaron en el altar para inmortalizar con una fotografía el gran día, tras lo cual todos juntos salieron del templo para situarse en las escaleras de la Catedral de San Nicolás, en donde se tomaron una gran foto para la que posaron los Grimaldi, los Wittstock y la familia de la princesa Antoinette

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Una vez que la mayoría de los cerca de 700 invitados habían ocupado los bancos del templo, llegó Carolina de Mónaco, con un traje chaqueta violeta a juego con una gran pamela violeta grisáceo, acompañada por sus hijos: Andrea Casiraghi, sin Tatiana Santo Domingo que el pasado 12 de abril se convirtió en madre por segunda vez; Pierre Casiraghi, acompañado por su prometida, Beatrice Borromeo, y Alejandra de Hannover. A la salida del templo, la Princesa de Hannover estuvo sosteniendo la mano de su sobrina, la princesa Gabriella, mientras que el príncipe Alberto se preocupaba de que a la pequeña no le diera demasiado el sol

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Estefanía de Mónaco ha llegado a la catedral minutos después de hacerlo su hermana, la Princesa de Hannover, y sus sobrinos. La Princesa ha llegado -con zapato plano y un vestido azul con falda de vuelo y dibujos geométricos en blanco- acompañada por sus hijos Louis y Paulina Ducruet –que voló desde Nueva York, en donde está instalada estudiando moda desde hace dos meses, para vivir el gran día y también se decantó por un diseño de Dior- y Camille Gottlieb, que eligió un vestido en un tono muy parecido al de su madre. Después de saludar a Monseñor Barsi -arzobispo de Mónaco y Gran Capellán del Palacio- que los recibió en la puerta de la catedral, la familia Grimaldi ocupó el lugar destinado para ellos cerca del altar. Allí se pudo ver a las dos hermanas –que ocupaban la primera fila, junto con Andrea y Pierre- compartiendo numerosas confidencias e impresiones sobre el gran día. Junto a sus primas se sentó Alejandra de Hannover, con las que compartió algunas sonrisas al terminar el oficio religioso

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Pierre Casiraghi llegó a la ceremonia junto a su madre, la princesa Carolina, sus hermanos, Andrea Casiraghi y Alejandra de Hannover, y su flamante prometida Beatrice Borromeo, una de las damas más bellas y elegantes de las que se dieron cita en la mañana de Mónaco. La condesa italiana siguió el oficio religioso entre el resto de invitados, mientras que su novio ocupó el lugar reservado para la familia Grimaldi. Una vez fuera del templo el hijo de la princesa Carolina fue a buscar a Beatrice, la tomó de su mano y juntos subieron las escaleras de la catedral para reunirse con el resto de familiares. Un gesto con el que Pierre le daba a su futura mujer un lugar a su lado y dentro de unas fotografías que pasarán a la historia. Con un vestido de alta costura de Valentino –el mismo diseñador que la vistió en el último Baile de la Rosa- de la temporada Primavera-Verano 2013, un bolso tipo saco de la misma casa y una pamela a juego, Beatrice Borromeo se coronó como un gran ejemplo de lo que se puede bautizar como “el nuevo glamour de Mónaco”. La prometida de Pierre eligió un ‘look’ muy femenino y un tipo de pamela que recordaba a las apuestas que hacía la princesa Grace, icono inequívoco de la belleza y la elegancia en Mónaco

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La princesa Charlene había preparado el bautizo de sus mellizos con mimo durante meses, siendo ella la que se ha ocupado personalmente de cada detalle. Sin embargo, eso no hizo que la elección de su look pasara a un segundo plano. La exnadadora de origen sudafricano quiso vestirse con a juego con los mellizos, por lo que confió en la misma casa tanto para la elaboración de su vestido y como para el de los trajes de cristianar de sus pequeños. Mientras que Jacques y Gabriella vistieron de algodón y blanco impoluto, ella eligió un vestido acampanado en crepé de seda verde agua con una camisa corta con manga tres cuartos, a juego con un sombrero de paño y paja, todo ello de Alta Costura de Dior. La misma firma que popularizó en la década de los cincuenta el estilo ‘lady’ que en infinitas ocasiones vistió la princesa Grace. Terminada la ceremonia, los príncipes recorrieron a pie –y siempre con sus manos entrelazadas- el camino que une la catedral con el Palacio por la calle Bellando de Castro, en donde han saludado a numerosos monegascos

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Como viene siendo habitual en el reinado de Alberto II, el soberano ha querido que el bautizo del Príncipe Heredero, el Marqués de Baux, y de la Condesa de Carladés sea también un motivo de encuentro con todos los monegascos y residentes del Principado. Así que los príncipes invitaron -a través de los medios tradicionales y también desde un evento que se creó desde el Facebook del Palacio- a que todos se unieran a ellos para acompañar a los mellizos en un día tan importante. motivo por el cual cientos de personas ocuparon tanto los alrededores del Palacio Grimaldi, como los de la catedral. Sin embargo, habrá que esperar hasta las celebraciones programadas para el 11 de julio –cuando se festejará la primera década del soberano en el trono- para que el pueblo monegasco pueda hacer entrega del regalo que quieren otorgar a los mellizos con motivo de su bautizo

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