Alberto y Charlene de Mónaco, mudanza y reformas en busca de jardines para los mellizos

Los Príncipes desean que Jacques y Gabriella dispongan de un lugar para estar en contacto con la naturaleza, así que mientras el Palacio y la residencia de Roc Agel se adaptan, la familia se acomoda en una villa a las afueras

Por hola.com

Desde que el 10 de diciembre los príncipes Jaques y Gabriella de Mónaco llegaron al mundo “se convirtieron en los jefes de la casa”, tal y como contó la propia princesa Charlene en su primera entrevista después de dar a luz. Ahora esto se confirma, ya que los Soberanos han abandonado el Palacio Grimaldi para que los pequeños puedan disfrutar de su primera primavera en una villa con jardín.

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Que un Príncipe deje su Palacio no es lo más habitual, pero para Alberto II sus mellizos son la prioridad. Así el matrimonio ha hecho las maletas para instalarse en una residencia con jardín a las afueras de Mónaco, tal y como pública París Match. El cambio de casa es algo temporal, mientras duren las reformas que están teniendo lugar tanto en el Palacio como en la residencia de Roc Agel, en donde Charlene y los pequeños estuvieron durante los primeros meses tras dar a luz.

“Empujar un cochecito doble en los alrededores del Palacio en busca de un poco de aire, no era tarea fácil”, cuenta la publicación francesa, motivo por el cual se harán algunos cambios en la histórica residencia todos ellos encaminados a cumplir el sueño de los Príncipes, que sus hijos puedan disfrutar de un gran jardín y de aire libre.

El edificio que ha sido testigo de numerosos acontecimientos históricos desde su construcción en el año 1190, y que desde el siglo XIII es la fortaleza de los Grimaldi, encierra en sus paredes un sinfín de recuerdos. Ahora, treinta y tres años después del fallecimiento de Grace Kelly, algunas zonas se reforman para adaptarse a nuevas necesidades y seguir siendo el escenario de las alegrías de los descendientes de Raniero de Mónaco. Todo ello sin incidir en el monumento y en el buen funcionamiento de los asuntos de Estado.

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Este traslado temporal evitará a los recién nacidos todas las incomodidades que acarrea una obra como el polvo o el ruido y que sigan tan felices como hasta ahora: “Los bebés están bien, sanos y casi duermen toda la noche”, contó el Príncipe al mismo medio durante el despegue del avión solar, cuando también explicó que es a media noche cuando da el último biberón del día.

Según cuenta la publicación, tan pronto como sea posible la familia regresará al Palacio, en donde se celebrará el próximo diez de mayo el bautizo del Príncipe Heredero y de su hermana, la Condesa de Carladés. Una importante ceremonia con la que los Grimaldi darán comienzo a unos meses llenos de satisfacciones, en los que en sus agendas se agolpan bodas, nacimientos y la celebración de los diez años de la llegada al trono de Alberto II.