El pequeño Sasha, último eslabón del asombroso parecido de los Casiraghi

El nieto de Carolina de Mónaco se descubrió en su presentación al mundo en el balcón de Palacio como una fotocopia de su padre, Andrea Casiraghi, cuando tenía su misma edad

Por hola.com

Sasha Casiraghi continúa la cadena: es el último eslabón del asombroso parecido de los Casiraghi. El nieto de Carolina de Mónaco se descubrió en su presentación al mundo en el balcón de Palacio como una fotocopia de su padre cuando tenía su edad: cabello de oro y ojos azules como el mar.


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Sasha debutaba en la agenda oficial monegasca de la mano de la princesa Carolina, aunque pasaría por los brazos de toda la familia que se mostró encantada de mimarle. El pequeño, vestido para la gran ocasión con austriaca beis ribeteada, blusa blanca con cuello de bebé, peto de terciopelo, calcetín a la rodilla y zapato inglés, recordaba al propio Andrea Casiraghi de niño y las tiernas imágenes de abuela y nieto traían a la memoria tantas otras de la Princesa con sus hijos en los años más felices en el mirador de Palacio, cuando aún vivía Stefano Casiraghi.

El precioso principito perpetúa esta belleza de familia y estos excepcionales genes que tantísimas veces les han hecho merecedores del título de los más guapos. Igual que Sasha, digno sucesor de los Casiraghi, antes que él honraron su apellido Andrea y sus hermanos Carlota y Pierre. Los tres guardan el mismo admirable parecido con sus padres. De cabellos rubios y ojos azules ellos, exactamente igual que su padre, y con una larga melena oscura Carlota, al igual que su madre, los jóvenes Casiraghi se han convertido en el retrato más fiel de su sonada historia de amor.


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