Paulina Ducruet se une a su madre y a sus tíos Alberto y Charlene en la apertura de otra gran temporada circense

La hija mayor de la princesa Estefanía cautivó con sus belleza en la inauguración del Festival Internacional de Circo de Montecarlo

Por hola.com

En Mónaco, el circo es una tradición que ha recibido el favor, el auspicio y la protección de la realeza desde hace cuatro décadas. Un año más, la Familia Real monegasca no ha faltado a la cita y ha presidido la inauguración de la 38ª edición del Festival Internacional de Circo de Montecarlo, que ya ha abierto sus puertas en el Principado.


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Estefanía de Mónaco, patrona de este certamen que adora y a cuyos montajes no falta nunca, volvió a sentarse en el patio de butacas. La hija menor de los recordados Raniero y Grace presidió la gran celebración, que incluye concursos entre acróbatas y otros espectáculos y se lleva a cabo del 16 y al 26 de enero. Como el pasado año, la princesa estuvo acompañada por su hija Paulina Ducruet, su hermano y su cuñada.


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Paulina, digna heredera de la belleza de los Grimaldi y también gran admiradora del circo, lució un abrigo largo en color blanco y el cabello suelto. La joven, de casi 18 años, ha heredado de su madre su pasión por la magia de los payasos, los malabares y los trapecistas. La hija mayor de Estefanía acaparó con su estilo todas las miradas y su sonrisa de satisfación era la mejor muestra de lo mucho que le gusta la cita.


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Fiel a esta tradición instaurada por su padre, Alberto de Mónaco también encabezó la celebración y lo hizo acompañado de su esposa, la princesa Charlene, quien eligió un atuendo en negro por completo, desde botas hasta leggins, blusa y abrigo. Las tres damas llevaban un fular idéntico, que parece ser un ‘souvenir’ del festival.


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Los cuatro miembros de la Familia principesca -el príncipe Alberto, la princesa Charlene, la princesa Estefanía y Paulina- posaron para unas divertidas imágenes al lado de los payasos, considerados “el alma” de los circos en distintas partes del mundo. Sonrieron y saludaron, a pesar de las bajas temperaturas.