Charlene de Mónaco tiene muy presente la figura de la princesa Grace. Su impecable estilo nos recuerda en numerosas ocasiones a la fallecida estrella de Hollywood y este fin de semana ha manifestado aún más su admiración hacia ella. Los soberanos han viajado a Doylestown, una pequeña ciudad de Pensilvania muy cercana a Filadelfia, donde nació la princesa Grace en 1929, para inaugurar la muestra De Filadelfia a Mónaco: Grace Kelly, más allá del mito.
Con un vaporoso vestido largo en color berenjena, Charlene recorrió la exposición del brazo de Alberto de Mónaco. Durante la visita, el matrimonio se detuvo ante una bella imagen de la boda de Raniero de Mónaco y la princesa Grace celebrada el 18 de abril de 1956. Mientras el príncipe hablaba con los comisarios de la exposición, la princesa observó con detenimiento la fotografía. Charlene ha encontrado en la princesa Grace a su mejor maestra y es evidente el orgullo que siente hacia ella como persona y, sobre todo, como Primera Dama de Mónaco. De hecho, no ha 'heredado' únicamente su estilo. Charlene también ha querido copiar su labor benéfica y preside numerosas causas humanitarias como en su día presidió la princesa Grace.
Por su parte, Alberto de Mónaco no pudo evitar emocionarse al ver tantos recuerdos de su madre. "Estoy profundamente conmovido por el interés que tenéis en mi madre y vuestro rico legado", declaró. "Todo el mundo conoce a mi madre primero como actriz y después como princesa. Ella era una mujer realmente bella, llena de talento y estilo, pero eso es solo la parte superficial", añadió. "Para aquellos que tuvimos la suerte de conocerla, mi madre era una mujer auténtica, cálida y amorosa. Una mujer cuya máxima prioridad era su familia. Espero que con esta exposición las personas puedan conocer a la verdadera Grace Kelly, la mujer más alla del icono, mi madre", concluyó.
