Si el pasado viernes quienes reaparecían públicamente tras su boda en un evento de moda celebrado en París eran Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo y anteriormente Paulina Ducruet tomando buena nota de las tendencias presentadas en la pasarela parisina, ayer quien hacía su aparición en la París Fashion Week fue la princesa Charlene, quien no dudó en acudir al desfile de la firma Akris, una de las preferidas de la esposa del príncipe Alberto de Mónaco a la hora de elegir vestuario.
Charlene, quien la semana pasada compartía un almuerzo con el presidente de Estados Unidos y su esposa, Michelle Obama, dentro del marco de la Asamblea General de Naciones Unidas, ocupó ayer el front row junto a Peter Kriemler, hermano del diseñador creativo de Akris, Albert Kriemler, y Stefano Tonchi, editor de la revista W, para ser testigo de las propuestas presentadas por la marca suiza para la primavera y el verano de 2014. Ataviada con un magnífico vestido negro muy sencillo pero muy original debido a su escote asimétrico, la Princesa se mostró muy concentrada y entusiasmada por la colección, pues no dudó en aplaudir algunos de los diseños.
Charlene es muy buena amiga de Albert Kriemler, diseñador creativo de la firma suiza, de ahí que sea muy común que la Princesa se decanté por las creaciones del modisto en algunas de sus citas más importantes, como la boda de los Duques de Cambridge o en Baile de la Cruz Roja de 2012, por poner algunos ejemplos.
Esta no es la primera vez que vemos a la princesa Charlene en la pasarela. Ella parece tener muy claro sus gustos y por eso no duda en ser testigo directo de las colecciones que se presentan en París, la capital de la moda y del amor.
