Enrique y María Teresa de Luxemburgo celebran su 30º aniversario de casados con nuevos retratos oficiales

El Gran Duque celebra la señalada ocasión convaleciente de una angioplastia coronaria

Por hola.com

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Los Grandes Duques de Luxemburgo, Enrique y María Teresa, celebran hoy sus 30 años de casados. Tres décadas como matrimonio feliz desde aquel 14 de febrero de 1981. Fecha, que coincide con San Valentín, y que conmemoran esta vez con la publicación de unos retratos oficiales realizados por el fotógrafo Christian Aschman. Un aniversario redondo que el Gran Duque celebra convaleciente. Enrique de Luxemburgo, hijo del gran duque Juan que el pasado 7 de enero celebró su 90º cumpleaños, se recupera satisfactoriamente de una angioplastia coronaria, según confirmó un breve comunicado emitido por el departamento de prensa de la Corte del Gran Ducado. "Su Alteza Real el Gran Duque se ha sometido con éxito a una angioplastia coronaria en el Instituto Nacional de Cirugía Cardíaca y Cardiología Intervensionista (INCCI). Fue operado por el equipo de cardiología de la CHL (Hospital Central de Luxemburgo) y su estado de salud no es preocupante, por lo que muy pronto abandonará el hospital", informaba la nota.

Treinta años de amor y unión familiar
Se conocieron en Ginebra cuando ambos estudiaban la carrera de Ciencias Políticas. El entonces Príncipe sabía que María Teresa Mestre era hija de un banquero cubano que tuvo que abandonar su país tras la revolución castrista. Y ella, contrariamente a lo que la leyenda cuenta, sabía también quién era realmente el apuesto joven al que se había prometido. Un príncipe heredero con el que contraería matrimonio en San Valentín y con el que tendría cinco hijos: el Príncipe heredero Guillermo (11-11-1981); el príncipe Félix (3-6-1984); el príncipe Luis (3-8-1986), padre de dos hijos; la princesa Alejandra (16-2-1991), que cumplirá pasado mañana 20 años, y el príncipe Sebastián (16-04-1992), el benjamín de la familia.

Treinta años juntos a lo largo del cual se han convertido en un ejemplo para sus conciudadanos. Para esos luxemburgueses que les brindaron total apoyo como Príncipes, primero, y desde el 7 de octubre del año 2000, también, como soberanos. Treinta años en los que, como matrimonio, han dado prioridad al sentido de la unidad familiar, que siguen poniendo de manifiesto en cuantas ocasiones se les presentan resaltando, en todo momento, la felicidad que viven.

Educados en la fe
Siempre hay un momento para disfrutar de sus cinco hijos a los que eligieron educar más allá de todo privilegio, pero sin perder de vista, como declaraba a la revista ¡Hola! la Gran Duquesa, los valores esenciales: los de la educación cristiana. “Para mí, es lo más valioso que les puedo dar: la fe, la religión y todos los principios cristianos. Con eso pueden salir adelante en todo. Por otra parte, les hago ver que no se han merecido nada y que todo lo que tienen es un privilegio que no se merecen. Que sepan esto siempre y, también, que están al servicio de los demás y, en consecuencia, deben ser humildes. Finalmente, les inculco el amor, el dar. Insisto muchísimo en la necesidad que tienen de dar amor”.


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