No están siendo unos meses fáciles para la reina Isabel II de Inglaterra. El pasado mes de noviembre, uno de sus hijos, Andrés de York para más señas, anunció su retirada de la vida pública. Semanas después, el duque de Edimburgo era hospitalizado a sus 98 años como "medida de precaución" a instancias de su médico. El año 2020 no comenzó mucho mejor para la soberana: su nieto mayor, Peter Phillips, confirmó su divorcio de su mujer Autumn, y poco después era Lord Snowdon, sobrino de Isabel II, el que ponía fin a su matrimonio después de 26 años. Por si todo eso fuera poco, faltaba por llegar el anuncio más inesperado e impactante, el que afectaría de lleno al seno de la Familia Real británica: la decisión de los duques de Sussex de renunciar a sus obligaciones reales, algo que se hará efectivo el próximo 31 de marzo.
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Pero a la Reina de Inglaterra aún le quedaba otra noticia difícil de digerir. Este viernes, la Casa Real ha anunciado que uno de los empleados de mayor rango dejará su cargo a finales de este año. Se trata de Lord Peel, quien durante casi tres lustros ha ejercido como Lord Chamberlain. El trabajador fue designado para este puesto en 2006 y desde entonces ha estado dirigiendo el Palacio de Buckingham, jugando un importante papel en momentos clave de la monarquía británica, como las celebraciones por el Jubileo de Diamante de Isabel II en 2012 o la restauración de la residencia oficial de esta última.
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A sus 72 años, Lord Peel se despedirá dentro de unos meses de su cargo, en el que ha sido "testigo de una gran cantidad de cambios positivos en la Institución. Por supuesto, ha sido un gran privilegio y un gran placer el haber podido formar parte de tantos eventos importantes y haber podido servir a Su Majestad y a la Casa Real desde esta posición única", ha declarado el propio Lord Chamberlain, después de haber notificado su decisión a la reina Isabel II. La soberana se despedirá así de uno de sus empleados más fieles y relevantes, que hasta el momento se había encargado también de analizar las actividades comerciales de los miembros de la Familia Real británica. De hecho, entre sus recomendaciones siempre estaba que los Windsor no aceptaran una invitación a un acto si este no marcaba distancia sus proyectos comerciales.
La oficina de Lord Chamberlain comenzó a regular estas actividades a partir de 2001, a raíz de que la condesa de Wessex fuera investigada por cobrar por su estatus real. Lord Peel también se habría encargado de gestionar el plan de negocios de los duques de Sussex, una vez que hiciera pública su decisión de alejarse económica y físicamente del Palacio de Buckingham. Además de este cometido, el empleado real tiene entre sus funciones la de organizar el programa de eventos de Isabel II, la de tramitar el uso de las fotografías de la Familia Real.
Como Lord Peel continuará en su puesto hasta finales de año, la Casa Real no tiene previsto buscar a su sucesor hasta entonces. Dentro de unos meses, de hecho, se hará público un anuncio para ello, tal y como ha sucedido en otras ocasiones en las que la Reina de Inglaterra requería determinados servicios, ya fuera de un piloto, un chef, un responsable de comunicación o una persona especializada en redes sociales.
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