El Museo Británico, la National Gallery, el Tate Modern… Londres tiene una larga lista de museos que merece la pena recorrer una y mil veces. Para muchos, el Museo de Historia Natural conocido por su enorme esqueleto de Diplodocus en el salón central, es uno de esos lugares. Este fue el escenario de la última cita que el príncipe Harry preparó a Meghan Markle, un romántico plan lleno de dinosaurios.
“Meg siempre había querido ir, así que Harry le organizó una visita privada” ha declarado una fuente al medio británico The Sun, que segura que la actriz voló a Londres desde Toronto el pasado jueves para quedarse con el Príncipe en el Palacio de Kensington.
“Es bastante romántico por la noche, con todas las exposiciones, incluyendo los dinosaurios, iluminadas”, añadió la citada fuente. Todo un “planazo”, muy original y solo para dos, que se encuentra a escasos tres minutos en coche de la residencia oficial del Príncipe y en donde se tiene constancia que la actriz ya se había quedad anteriormente.
Aunque si se puede sacar un fallo a una noche casi perfecta, es que la estrella del museo no acudió a la cita. El diplodocus Dippy -una de las más famosas réplicas de un esqueleto de dinosaurio, toda una celebridad en el Reino Unido y símbolo de este centro- fue retirado el pasado 4 de enero del salón central, después de 112 años, para prepararse para una gira por el país que le tendrá fuera de “casa” más de tres años.
A pesar de la ausencia de este dinosaurio -creado a petición del rey Eduardo VII y en cuyo honor la Duquesa de Cambridge acudió a una fiesta el noviembre pasado- la pareja habría podido contemplar otros esqueletos de dinosaurios y de otras especies, que además cuentan con el atractivo de no ser réplicas. En total más de 70 millones de especímenes y una colección de cinco áreas: botánica, entomología, mineralogía, paleontología y zoología.
Esta cita llega dos semanas después de que la pareja se encontrara en Jamaica para asistir a la boda de uno de los amigos del príncipe. Harry y Meghan llegaron a Montego Bay para este enlace de tres días por separado, pero se dejaron ver muy enamorados y disfrutaron de otro plan exclusivo, un complejo hotelero de lujo que los novios habían cerrado para sus invitados.
¿Y si la próxima boda real no fuera la del príncipe Harry?
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