Sophie Wessex cumple 50 años con una imagen más sofisticada, más relieve institucional y el apoyo incondicional de Isabel II

La esposa del príncipe Eduardo, que pasará su cumpleaños trabajando, se ha convertido en la favorita de la Reina en la familia

Por hola.com

Sophie Wessex, esposa del príncipe Eduardo de Inglaterra, cumple este martes 50 años y lo hace en un momento especialmente dulce de su vida. La nuera de la reina Isabel II se ha reinventado a sí misma y tiene una rejuvenecida y sofisticada nueva imagen gracias a su creciente inclinación a diseñadores como Alexander McQueen, Bruce Oldfield y Emilia Wickstead; disfruta de una vida familiar feliz y tranquila con su marido y sus dos hijos muy distinta de la que llevaba en su etapa como relaciones públicas; mantiene con su real suegra una excelente relación nada que ver con las fricciones de antaño, y cuenta con una agenda oficial repleta de actividades solidarias y de representación de la Soberana dentro y fuera del país, que la acercan a la ciudadanía y le dan relevancia institucional. Toda la prensa británica coincide en los últimos tiempos en afirmar, citando fuentes de la Casa Real, que Sophie es hoy por hoy la “favorita” de la reina en la familia, por delante incluso de la duquesa de Cambridge, que la quiere como a una hija y que la Soberana valora sobre todo que Sophie y Eduardo hayan formado el único matrimonio de sus hijos que no se ha acabado en divorcio.

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Sophie Rhys-Jones entró en la Familia Real en 1999 al casarse en el Castillo de Windsor con el cuarto hijo de la reina, el príncipe más atípico, el príncipe artista. Ella proviene de una familia relativamente humilde pero de valores conservadores. Es hija de un vendedor de neumáticos de coche retirado, Christopher Bournes Rhys-Jones, y su esposa María, de nacionalidad irlandesa y secretaria de profesión. Criada en el idílico pueblo de Brenchley, en el condado de Kent, la infancia de la hoy condesa fue la de una niña feliz que asistió a varias escuelas privadas antes de completar un curso de secretariado en el West Kent College de Tonbridge. No contenta con el trabajo de secretaria, la joven Sophie se matriculó en la carrera de Relaciones Públicas que terminó con éxito y la llevó a fundar su propia empresa del sector. Empresa que tuvo que abandonar tras casarse con el príncipe Eduardo y recibir numerosas críticas que le acusaban de usar su posición en la Familia Real para hacer negocios y “fichar” nuevos clientes. La gota que colmó el vaso fue el escándalo protagonizado por la condesa cuando fue engañada por un periodista que, disfrazado de jeque árabe, grabó y publicó una conversación muy comprometida para la nuera de la reina.

Una vez desvinculada de sus actividades profesionales, Sophie Wessex afrontó la maternidad de sus dos hijos, Louise de once años y James de siete, y se dedicó en exclusiva a los compromisos oficiales como miembro de la Familia Real centrados, especialmente, en organizaciones benéficas relacionadas con la infancia y con las discapacidades físicas. Con esta nueva vida la imagen pública de los Wessex mejoró notablemente. En los últimos tiempos es cada vez más frecuente ver a la condesa en solitario participando en actividades oficiales, no precisamente las más glamurosas, pero sí de las más comprometidas. Sophie Wessex ha ido ganando esa relevancia institucional a medida que mejoraba su relación personal con su suegra. A finales de 2014 llegó a representar a Isabel II en los funerales de Estado del presidente de Zambia, Michael Sata.

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Pero las mayores muestras de la evolución personal que ha experimentado en los últimos años la condesa de Wessex las vemos sin duda al analizar su físico y su cuidado estilismo. Además de elogiar su reciente pérdida de peso gracias a su afición por el pilates, la prensa británica especializada resalta constantemente que Sophie Rhys-Jones ha ganado en elegancia a medida que iba creciendo la confianza en si misma al consolidarse como miembro respetado y querido de la Familia Real, y al aumentar su trato y amistad con la reina Isabel, a quien le unen su pasión por los caballos y la historia militar. Muchas expertas de moda y bloggers británicas califican ya a la condesa como un “icono” de estilo de la realeza, como lo fueron en su día las fallecidas princesas Diana o Margarita. Las comparaciones con la forma de vestir de su sobrina política, la duquesa de Cambridge, son inevitables, pero cada uno en su estilo sale muy airosa de los análisis y de quienes tratan de enfrentarlas.

Estos días, coincidiendo con la cercanía del 50 cumpleaños de la condesa, se habla mucho en el Reino Unido de la nuera de la reina. Ella misma ha aprovechado para hacer unas declaraciones en las que ha querido subrayar y agradecer el cariño recibido de la reina Isabel, y las lecciones que su suegra le ha brindado en todos estos años. La condesa de Wessex ha asegurado que ha aprendido de la reina Isabel las mejores lecciones para ser una buena "royal", especialmente su habilidad para no defraudar a nadie y hacer sentir "especial" a todo aquel con quien habla. La reina Isabel tuvo un gran gesto hacia su nuera favorita en 2010 concediéndole por indicación personal la Gran Cruz de la Real Orden Victoriana, una condecoración que nunca recibieron sus otras nueras, ni la princesa Diana de Gales ni la duquesa de York, Sarah Ferguson.

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La Casa Real ha emitido en las horas previas al cumpleaños de la condesa de Wessex un nuevo retrato oficial para conmemorar el aniversario. En él se puede ver a una Sophie informal, con peinado y maquillaje discreto y desenfadado, vestida con una sencilla blusa blanca. Otro gesto simbólico de este día es que la agenda de la condesa de Wessex para la jornada de su cumpleaños está repleta de actividades oficiales. En primer lugar visitará junto a su esposo las instalaciones de “Gente del Mañana”, una organización no gubernamental volcada con la ayuda y formación a jóvenes desempleados en cuya directiva está integrada la condesa. El cumpleaños no pasará inadvertido en la visita de la pareja real, pues está previsto que el personal del centro obsequie a Sophie con una tarta y un ramo de flores, todo proveniente de las labores ocupacionales de la organización, que incluyen panadería e invernadero propios. Posteriormente, los condes visitarán una Escuela de Salud y Medicina Tropical donde conocerán de mano de los propios estudiantes los avances en un proyecto de investigación sobre ceguera evitable.