La reina Isabel visitó ayer por la tarde en el hospital a su esposo, el Duque de Edimburgo, para entregarle personalmente una tarjeta de felicitación por su 92º cumpleaños. Después de 35 minutos de visita y tras despedirse del doctor John Cunningham, que es el responsable del tratamiento del príncipe Felipe, la soberana inglesa, vestida con un traje blanco de tweed con pendientes y collar de perlas, así como un broche de oro y brillantes con forma de flor, abandonó el centro médico con aspecto relajado y feliz.
El Palacio de Buckingham notificaba en un comunicado sobre el estado de salud del Duque que estaba "evolucionando según lo previsto para esta primera etapa" y que se siente "bien y con buen ánimo". El príncipe Felipe, que sigue esperando los resultados de las pruebas llevadas a cabo el pasado viernes durante una operación exploratoria en su abdomen, permanecerá en el hospital durante dos semanas antes de "tomarse un período de convalecencia de aproximadamente dos meses", anunció Buckingham.
Antes había recibido a su hijo el Conde de Wessex. El príncipe Eduardo, primera visita del Duque desde su operación, le llevó también una tarjeta de cumpleaños y permaneció alrededor de 20 minutos junto a su cama. Cuando salía del hospital, respondió a los reporteros cómo se encontraba su padre: "Bien, gracias." El hecho de que el Duque de Edimburgo pueda ya tener visitas apunta a que está recuperándose muy bien. No le faltan ánimos: ya sea en forma de felicitaciones, flores o globos, como los de la imagen, que le desean una pronta mejoría, que se relaje y feliz cumpleaños.
Un portavoz había adelantado anteriormente que los miembros de la Familia Real inglesa sólo visitarían el Duque si sus médicos lo aprobaban y consideraban que estaba lo suficientemente fuerte como para tener compañía. Se desconoce la naturaleza del malestar del Duque, pero los médicos decidieron en un chequeo regular realizado en los últimos quince días que debía someterse a una operación exploratoria para averiguar la causa. La Reina ha negado motivos de preocupación por la salud de si marido en su visita del viernes a BBC: "No está enfermo".
