La soberana británica dejó por unas horas en un segundo plano las celebraciones de su Jubileo de Diamante para acudir a una ceremonia muy especial y, sin duda, emotiva. Coincidiendo con la fecha en la que se cumplen diez años del fallecimiento de la Reina Madre, la familia real asistió casi al completo para acompañar a la reina Isabel II en un servicio religioso que tuvo lugar en el Palacio de Windsor en recuerdo de su madre y su única hermana, la princesa Margarita, que fallecieron en 2002 con tan sólo unas semanas de diferencia. Su marido, el duque de Edimburgo, tres de sus cuatro hijos, los príncipes Ana, Carlos y Andrés (Eduardo se encuentra de visita oficial en Francia), acompañados de sus respectivos cónyuges y algunos de sus hijos, recordaron a la soberana, tan querida por los británicos y cuyo recuerdo permanece imborrable en sus corazones.
"Estamos aquí para recordar a dos mujeres que enriquecieron significativamente nuestras vidas", afirmó el reverendo David Conner, que ofició el servicio. "Cada uno de nosotros guarda recuerdos personales muy especiales, recuerdos que despiertan una vez más sentimientos de afecto y respeto", añadió. Durante la ceremonia, el vizconde Linley, hijo de la princesa Margarita, la única hermana de Isabel II, leyó el pasaje The compassion of God and the passion of Christ (La compasión de Dios y la pasión de Cristo), que precisamente fue uno de los que se leyeron durante el funeral de su madre.
A pesar de que la soberana británica contó con el apoyo incondicional de su familia en este día tan especial, fueron notables algunas ausencias, principalmente la de los duques de Cambridge, que están de vacaciones esquiando, y la de Peter y Zara Phillips, hijos de la princesa Ana de Inglaterra.
El hijo mayor de la princesa Ana no pudo acudir al servicio religioso celebrado en Windsor ya que se encontraba al lado de su esposa, Autumn Kelly, que acababa de dar a luz a su segunda hija, que pesó algo más de 3,2 kg y a la que han llamado Isla Elizabeth, en honor a su bisabuela, la reina Isabel. El anuncio del nacimiento de la pequeña ha colmado de alegría a la soberana según el Palacio de Buckingham y se suma a la felicidad que está viviendo estos meses al conmemorar sus 60º años en el trono.
