Eduardo VIII se tomó muy en serio eso de Dile que la quieres con diamantes. El Rey, luego Duque de Windsor, tuvo siempre claros sus sentimientos por la divorciada norteamericana Wallis Simpson –le costaron el trono: abdicó en 1936 para poder unirse en matrimonio con la mujer de su vida-, y así se lo hizo saber siempre. Le declaró su amor durante el noviazgo, el compromiso y especialmente durante su vida matrimonial con besos, con flores y, por supuesto, con fabulosas joyas. Pues ahora muchas de esas emblemáticas piezas de joyería, que documentan una de las más grandes historias de amor, saldrán a subasta.
La casa Sotheby’s pondrá a la venta el próximo noviembre la colección Joyas de la Duquesa de Windsor, cuyos tesoros representan memorables momentos en la vida de la pareja y tienen enorme valor artístico e histórico. Se trata de 20 lotes que incluyen desde un brazalete con forma de pantera Cartier (1952), pasando por un broche con forma de flamenco de rubíes, zafiros, esmeraldas, diamantes y cetrino que el Duque de Windsor regaló a la Duquesa en 1940 y cuyo valor se estima en un millón y medio de euros, o por un estuche de cigarrillos Cartier, de oro de 18 quilates con incrustaciones de piedras preciosas, que tiene grabada la inscripción David from Wallis Christmas 1935 (Para David de Wallis, Navidad 1935) y está valorado en unos 200.000 euros, hasta una pulsera de colgantes -cruces con piedras preciosas incrustadas-, regalo del depuesto soberano para celebrar haber sobrevivido a un atentado contra su vida, así como también la exitosa apendicetomía de la Duquesa.
Aunque Sotheby’s no ha fijado aún el precio de salida de los lotes y delibera todavía de qué manera equiparará el valor histórico y el económico, se especula que el conjunto saldrá al menos sobre los tres millones y medio de euros. Si bien cualquiera no podrá pujar por ellas, al menos sí podrá ver en persona las históricas joyas que Eduardo VIII regaló a su amada Wallis, ya que la colección se expondrá por todo el mundo antes de su subasta el próximo 30 de noviembre en Londres. Las ofertas más fuertes llegan de Asia y el Medio Oriente.
Parte de la colección se vendió a raíz de la muerte de la Duquesa en 1986, como la vajilla privada de la pareja ducal y una amplia variedad de medallas reales. En aquel entonces los 306 lotes subastados en Ginebra alcanzaron el récord de 75,4 millones de francos suizos (50 millones de dólares de la época). Todo un homenaje a una de las grandes historias de amor de todos los tiempos: Eduardo VIII se convirtió en monarca británico y emperador de India en enero de 1936, pero abdicó en diciembre del mismo año para casarse con la norteamericana Wallis Simpson, de origen plebeyo y dos veces divorciada. Ni la Iglesia, ni el establecimiento británico aceptaron la relación. Y ellos dieron una lección a todos.
