La princesa Máxima, a ritmo de samba en Brasil
Los príncipes de Orange han finalizado su visita oficial al país en el que han protagonizado numerosas anécdotas y divertidas instantáneas
Ya sea en Holanda, Mónaco, los Emiratos Árabes, Reino Unido o cualquier otro país del mundo, la princesa Máxima siembra simpatía y amabilidad allá a donde va. En su último viaje oficial a Brasil junto a su marido, Guillermo de Holanda, ha dado buena muestra de ello y ha vuelto a demostrar por qué es una de las damas reales europeas más queridas. Su sonrisa es su mayor aliada. Da igual que sea una reunión, una cena de gala o un partido de fútbol, la princesa siempre se muestra alegre y cercana, dejando mella en todas las personas con las que se cruza en su camino.
Los Herederos holandeses visitaron Brasil durante cinco días. Cinco días en los que han protagonizado anécdotas, momentos entrañables y divertidas instantáneas que, sin duda, guardarán con cariño en su álbum de viajes. En compañía de la Ministra de Comercio Exterior, Liliane Ploume, con el objetivo de potenciar y mejorar las relaciones entre ambos países, los príncipes se han reunido con las más altas autoridades brasileñas, además de acudir a seminarios empresariales como el relacionado con la industria alimentaria que se celebró en la Universidad de Sao Paulo. Siguiendo con su visita a Brasil, los Príncipes holandeses se trasladaron desde la ciudad de Sao Paulo a Río de Janeiro, en donde se interesaron por los progresos que se están acometiendo con vistas a la celebración de los Juegos Olímpicos de 2018 y el Mundial de Fútbol. Los Herederos fueron guiados en helicóptero por los escenarios que protagonizarán estos dos eventos. Tras ello, también visitaron el estadio de Maracaná, donde el príncipe Guillermo demostró sus dotes con el balón y estuvieron acompañados por el antiguo futbolista holandés Clarence Seedorff.
Antes de poner punto y final a su 'aventura' en Brasil, los príncipes se reunieron con diversos representantes de empresas brasileñas, donde fueron recibidos por un conjunto de samba. Fue entonces cuando protagonizaron la que, sin duda, ha sido la anécdota de su viaje. Los Herederos no dudaron en participar del baile y Máxima, que lució el mismo vestido color naranja que llevó en la boda de Alberto y Charlene de Mónaco, demostró su destreza al son de la música mientras se dejaba llevar por los bailarines y bailarinas que se sorprendieron al ver a la princesa tan natural y espontánea.