La primera visita de Estado de la reina Beatriz de Holanda a Argentina ha generado un verdadero despliegue mediático. Un batallón de reporteros gráficos no perdió de vista, en ningún momento, a la soberana y los príncipes Guillermo y Máxima durante las breves vacaciones que disfrutaron en el sur del país antes de que comenzara hoy su viaje oficial. Y volvieron a las redacciones con las cámaras y las libretas llenas. Colmaron los medios argentinos para los que trabajan de infinidad de fotos y suculentos detalles que, según el código ético propuesto por la Casa Real no podrían aparecer en los medios holandeses al tratarse de actividades privadas de la [Familia Real holandesa].
Descanso en la Patagonia ¿A quién no le interesa saber que la reina Beatriz disfrutó de un desayuno real con un gran surtido de zumos de frutas, varios tipos de té y mermelada? ¿O que al viajar en barco en el Lago Argentino y ver el glaciar Perito Moreno exclamó: "¡Dios mío, es más bonito de lo que imaginaba!"? ¿O que el postre favorito del príncipe Guillermo es la fondue de chocolate con fresas? ¿O que la soberana se lleva a las mil maravillas con su familia política? A los argentinos, desde luego, sí.
La demanda informativa acerca de los visitantes reales ha sido espectacular. Así que la prensa argentina dio buena cuenta de las andanzas de la Familia Real en la Patagonia: visitaron el parque natural de Los Glaciares, junto al padre Rafael Braun, el cura que participó en el matrimonio de la [princesa Máxima], al frente del grupo; el domingo se trasladron a Bariloche, parada obligada para los aficionados de los deportes de invierno, como el príncipe Bernhard. Allí, el príncipe Guillermo aprovechó para dar una vuelta a caballo con su cuñado, Martín, que vive en la ciudad.
Apretada agenda A los periodistas argentinos se han unido en estos días sus colegas holandeses para dar amplia cobertura a la primera visita de Estado de la reina Beatriz a Argentina, que ha comenzado hoy con una maratoniana jornada:
