Covadonga, especial para Leonor y sus antepasados

La relación de la Monarquía española con este enclave se remonta a varios siglos de tradición, a los que la princesa de Asturias va a dar continuidad con los actos previstos para este sábado

Por Lara Fernández

La princesa Leonor encara este sábado un acontecimiento de gran relevancia no sólo para Asturias, sino también para la historia de su familia. Covadonga está fuertemente ligado a la Monarquía española. Es casi una tradición que los herederos a la Corona acudan a este Santuario para, entre otras cosas, presentarse ante la Virgen, algo a lo que se sumará la primogénita de los reyes Felipe y Letizia coincidiendo con el centenario de la Coronación de la Virgen de Covadonga, el centenario del Parque Nacional de la Montaña de Covadonga y los 1.300 años de la creación del Reino de Asturias por don Pelayo. Un nuevo hito, pues, que se sumará a la significativa relación afectiva e histórica que une a la Familia Real con este enclave único.

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Fue Alfonso X el Sabio quien ordenó trasladar a la Santa Cueva de Covadonga los restos de don Pelayo y de su esposa, la reina Gaudosia. Desde entonces, no han sido pocos los príncipes, infantes y reyes que se han dejado ver por este emblemático escenario que destaca por su belleza y simbolismo. De todos estos antepasados de la princesa Leonor, han sido cuatro los que, por una u otra razón, han dejado una significativa huella por marcar un antes y un después en el recorrido que este sábado va a realizar la heredera al trono español.

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La primera de ellas fue la reina Isabel II, quien viajó a Covadonga en el año 1858 junto a su marido, Francisco de Asís, y los infantes Alfonso XII -príncipe de Asturias- y la infanta María Isabel. La decisión de la Soberana se tomó después de ser testigo del buen recibimiento que habían dado a su hermana, la infanta María Luisa Fernanda, un año antes. Isabel II decidió entonces visitar este lugar, que tuvo que acondicionarse previamente. Se construyó una carretera a fin de facilitar el acceso de la Familia Real al Santuario. Una vez allí, la reina y su familia obsequiaron a la Virgen con un vestido con su manto y dos pontificales. Durante su visita, tanto Alfonso XII, heredero al trono, como su hermana recibieron el sacramento de la Confirmación.

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Veinte años después, Alfonso XII, ya convertido en rey, presidió el inicio de la construcción de la Basílica, que se terminó en el año 1901. Un año después de la finalización de las obras, su hijo Alfonso XIII fue coronado y la Familia Real volvió a Covadonga, algo que repetiría 16 años después con motivo de la Coronación de la Santina, tal y como puede verse en las fotografías de la época. El Monarca aprovechó la visita junto a la reina Victoria Eugenia para entregar una bandera al Regimiento de Covadonga y firmar el acta de Coronación de la Virgen -una gracia concedida por el Papa Benedicto XV- en una ceremonia multitudinaria en la que se volcó la sociedad asturiana hasta el punto de que se movilizó para recaudar el dinero que sufragó las dos coronas, la de la Virgen y el Niño. Para la ocasión, además, se compuso el himno a la Virgen, el mismo que sonará este sábado de la mano del asturiano Hevia durante la visita de la princesa Leonor al Santuario.

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Alfonso XIII aprovechó su visita aquel 8 de septiembre de 1918 también para inaugurar el Parque Nacional en un acto sucesivo al de la Coronación de la Virgen. Ante la presencia de la reina Victoria Eugenia, el Monarca plantó un árbol, todo un símbolo que podría repetirse este sábado con la visita de la princesa de Asturias al citado parque nacional.

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Tras los actos de Alfonso XIII, hubo que esperar casi seis décadas para volver a ver a otro miembro de la Casa Real española en Covadonga. Y es que, tras Alfonso XIII -quien asumió el título de Conde de Covadonga cuando renunció a la sucesión de la Corona-, no fue su hijo, don Juan de Borbón, quien tomó el testigo y continuó con la tradición, sino su nieto, el rey Juan Carlos. Junto a su esposa, doña Sofía, decidió retomar la relación de su familia con este lugar y en 1976 acudió a venerar a la Virgen y a realizar la petición formal para que su hijo Felipe llevara el título de Príncipe de Asturias, algo que se produciría un año después.

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Dicho y hecho, en 1977, Felipe de Borbón es proclamado Príncipe de Asturias ante la presencia de sus padres y sus dos hermanas, las infantas Elena y Cristina. Durante el acto, el padre de la princesa Leonor recibió las insignias y la cruz propias de la dignidad de príncipe de Asturias. "Esta es también tu cruz. Tu cruz de rey", le comentó entonces don Juan Carlos. Esa escena no se repetirá este sábado, cuarenta y un años después, ya que posee esta dignidad desde el mismo momento en el que su padre fue proclamado rey, el 19 de junio de 2014. Con todo, y tal y como ocurrió con su padre en 2003 con motivo del 100 aniversario del Santuario, Leonor dará continuidad a esta tradición que dura ya siglos y lo hará con su presencia, este sábado, en un lugar al que está unida no sólo por el vínculo de sus antepasados paternos, sino también por ser el lugar de origen de su madre, la reina Letizia