La Apertura de la XII Legislatura no será la duodécima sin más. No será simplemente la que siga a la undécima o la que preceda a la decimotercera. La ceremonia de este jueves en el Hemiciclo del Congreso de los Diputados será histórica para la Monarquía, pese a su número anodino y corriente. Por primera vez estará presidida por Felipe VI como Rey de España, que estará acompañado en la tribuna presidencial por la Reina, también debutante en su nuevo papel en el solemne acto, y contará además con la presencia de la princesa Leonor y de la infanta Sofía, que añaden un nuevo compromiso de relevancia política e institucional a su vida oficial. Así que no se parecerá a cualquiera de las diez restantes, sino a la I Legislatura.
A aquella otra histórica a la que acudieron los reyes Juan Carlos y Sofía con su Heredero en las Cortes Generales, en la solemne sesión conjunta del Congreso de los Diputados y del Senado, celebrada en el Palacio de las Cortes el 9 de mayo de 1979. A aquella que hoy, tirando de hemeroteca y de los servicios de Prensa del Congreso, recordamos como si fuera ayer, especialmente la presencia del entonces príncipe Felipe que vivió la jornada a la misma edad (los 11) y con los mismos ojos agudos y expresivos que nos imaginamos en la princesa Leonor y la infanta Sofía hoy.
Aquel soleado miércoles la sesión se abrió a las doce y treinta y cinco minutos de la tarde, cuando hicieron su entrada en el salón de sesiones los reyes Juan Carlos y Sofía y el Príncipe de Asturias, acompañados por los Presidentes del Congreso de los Diputados y del Senado, así como por los miembros de las Mesas de ambas Cámaras, siendo recibidos entre grandes aplausos por parte de los Diputados y Senadores, por las personalidades y el público invitado que ocupaban las tribunas, todos puestos en pie.
Acompañaban a los soberanos y al pequeño Príncipe, los Presidentes del Congreso de los Diputados, don Landelino Lavilla Alsina, y del Senado, don Cecilio Valverde Mazuelas, quienes tomaron asiento en el estrado presidencial a derecha e izquierda, respectivamente, de los Reyes y del Príncipe de Asturias. Don Juan Carlos, con uniforme de gala azul; doña Sofía, de largo con un dos piezas blanco y, como único toque de color, sus distinciones, y don Felipe, de traje y corbata para la magna ocasión.
Ocupaban igualmente asiento en el estrado presidencial los miembros de las Mesas de ambas Cámaras; el Letrado Mayor de las Cortes Generales, don Felipe de la Rica Montejo; los Secretarios Generales del Congreso de los Diputados y del Senado, don Nicolás Pérez-Serrano Jáuregui y don Juan José Pérez Dobón, y el Letrado más antiguo de las Cortes Generales, don Gaspar Bayón Chacón. Acto seguido, el Presidente del Congreso de los Diputados leyó su discurso ante la respetuosa audiencia y la curiosidad del pequeño Príncipe: “El acto que hoy celebramos, acto solemne de apertura de las Cortes Generales en sesión conjunta de ambas Cámaras y con asistencia de Vuestras Majestades, expresa, con la elocuencia de unos signos externos bien visibles, la profunda entraña de ese sistema político por el que el pueblo español ha optado y que todos nos afanamos en construir”.
“Aquí está el Rey de España, símbolo de la unidad y permanencia del Estado y que arbitra y modera el funcionamiento regular de sus instituciones. (…) Majestades, la sociedad española es plural, y lo es, en consecuencia, su representación política. En las Cámaras están presentes distintas opciones políticas con diferentes modos de entender el mejor futuro para España y la mejor manera de alcanzarlo. Pero en todas alienta la voluntad de convivir, y todas son concordes en la necesidad de lograr superiores cotas de progreso y de bienestar para todos los españoles”.
A continuación, el rey Juan Carlos pronunció su discurso, dirigido en primera voz a los representantes del pueblo español de aquella I Legislatura, y en segunda a su discípulo, Heredero y futuro representante también de todos los españoles: “Como Rey de España me he sentido siempre el primer español a la hora de cumplir los deberes que me corresponden y, de manera muy especial, el de guardar y hacer guardar la Constitución. Me siento, por tanto, totalmente identificado con los objetivos de progreso que configuran la existencia de un Estado social y democrático de Derecho, y espero sinceramente que ustedes, al interpretar el mandato que han recibido, se esfuercen en ir alcanzando paso a paso los objetivos definidos en el propio texto constitucional. Pero esto, con ser mucho, no lo es todo. Porque sabemos que la Historia no se da, sino que se hace, creemos que la Constitución no puede limitarse a ser, sino que consiste en actuar; no encierra en una fórmula ritual el pasado, sino que dinamiza el presente en una tensión constante que lo convierte en el germen de un futuro vivo y no solamente utópico”.
La intervención del rey Juan Carlos dio por iniciada la Legislatura y por acabada la solemne sesión a las doce y cincuenta y cinco minutos de la tarde. A continuación los reyes Juan Carlos y Sofía y el Príncipe de Asturias abandonaron el salón de sesiones con el mismo ceremonial que a su llegada y, a su salida, se situaron en el podio de honor, instalado al pie de la escalinata, donde también se encontraban para presenciar el desfile las infantas Elena y Cristina, que marcaron de rojo y rosa la cita. Una cita que este jueves tendrá otros protagonistas y la misma importancia en las crónicas.
