El Rey acepta la renuncia de Spottorno tras el caso de las tarjetas B de Caja Madrid

Don Felipe ha agradecido su consideración hacia la Corona

Por hola.com

El rey Felipe ha aceptado la renuncia de Rafael Spottorno como su consejero privado y le ha agradecido su consideración hacia la Corona. Spottorno, que fue Jefe de la Casa del Rey en los últimos años de reinado de don Juan Carlos, comunicó a última hora de la tarde de ayer en un encuentro privado con don Felipe su deseo de dimitir para evitar cualquier intento de comprometer la figura del Monarca ante las informaciones sobre el uso que hizo de las polémicas tarjetas B de Caja Madrid.

VER GALERÍA


En el texto en el que argumenta su decisión y su decidida voluntad de no dañar el prestigio de la Corona, "a cuyo servicio he dedicado mis mejores esfuerzos con mi más sincera lealtad en las honrosas responsabilidades que he ejercido en la Casa de Su Majestad el Rey a lo largo de más de una década", Spottorno subraya en todo caso que "en ningún momento" hizo un "uso indebido" de la tarjeta de crédito que recibió al incorporarse a la Fundación Caja Madrid, de la que fue presidente, ya que la empleó para lo que se le dijo que podía utilizarla y "en los términos y con los límites" que se le fijaron.

Rafael Spottorno llegó a la jefatura de la Casa del Rey en septiembre de 2011 para sustituir al también diplomático Alberto Aza, después de haber ejercido el cargo de secretario general -"número dos" de la Casa- entre enero de 1993 y septiembre de 2002. En 2002, cuando fue sustituido por Alberto Aza, pasó a dirigir la Fundación Caja Madrid, puesto en el que permaneció hasta marzo de 2011, y aquel verano don Juan Carlos le convocó para asumir la jefatura de la Casa del Rey a partir del 30 de septiembre.

En estos últimos tres años, Spottorno ha gestionado con firmeza y prudencia la etapa más crítica de la Corona y ha conseguido llevar a buen puerto el relevo en el Trono. Tras la abdicación del rey Juan Carlos, don Felipe le nombró el pasado 24 de junio consejero privado para que, según cita el Real Decreto del nombramiento, en lo sucesivo desempeñara "las funciones que le fueran encomendadas por mi persona".