El Palacio Real: majestuoso escenario para la coronación de Felipe y Letizia

by hola.com

Hace diez años, exactamente aquel lluvioso 22 de mayo de 2004, fue testigo de uno de los momentos más importantes de su vida, y ahora, el Palacio Real volverá a vestirse con sus mejores galas para la coronación de don Felipe y doña Letizia. En este majestuoso y emblemático lugar de la capital se han celebrado trascendentales capítulos de nuestra historia protagonizados por los monarcas españoles, y esta ocasión no iba a ser menos.

Como sucediera en su boda, una vez coronados, el Rey Felipe VI y la Reina Letizia, saldrán de nuevo al balcón de palacio para saludar a los ciudadanos que acudan a felicitarles y vitorearles. Sin embargo, ya no lo harán como Príncipes de Asturias sino como nuevos Reyes de España, y en esta ocasión, les acompañarán sus hijas, Leonor, que ya será Princesa de Asturias, y la Infanta Sofía, además de don Juan Carlos y doña Sofía. A continuación, presidirán una recepción en los salones del Palacio y saludarán a los asistentes en el Salón del Trono. En hola.com hemos querido hacer un recorrido por las estancias y salas con más encanto del palacio, ¿nos acompañas?

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El lugar donde se erigió el Palacio Real Nuevo es el mismo que ocupaba el antiguo Alcázar de Madrid, que ardió en la Nochebuena de 1734. El Rey Felipe V (Versalles 1683 – Madrid 1746) quiso que la construcción del edificio fuera en ladrillo y piedra, con la única excepción del empleo de la madera en puertas y ventanas. La superficie que abarca se acerca a las 14 hectáreas. El edificio principal, con el Patio del Príncipe en el centro, tiene 40.000 metros cuadrados y seis alturas desde la calle Bailén. © Gtresonline
Los jardineros, que han plantado petunias y gernios blancos, trabajan a contrarreloj para que todo esté perfecto para esta cita histórica. © Cordon Press
Plantando nuevas flores y retocando los árboles y arbustos que rodean los jardines del Palacio para la proclamación del nuevo Rey de España. 
Los alrededores del Palacio se engalanan para la ocasión. En la imagen, aparece al fondo el Teatro Real, donde muchos medios de comunicación ya están cogiendo posiciones para el gran día. 
El Palacio Real de Madrid es la residencia oficial de Su Majestad el Rey de España, que lo emplea en las ceremonias de Estado, aunque no habita en él. El origen del palacio se remonta al siglo IX en el que el reino musulmán de Toledo construyó una edificación defensiva que después usaron los reyes de Castilla, sobre la que en el Siglo XVI, se construyó el Antiguo Alcázar. Destruido este por un incendio en la Nochebuena de 1734, Felipe V quiso que el Palacio Nuevo ocupase el mismo lugar. Toda la construcción se hizo abovedada, en piedra y ladrillo, sin madera, para que ningún incendio pudiera destruirlo. Las obras se realizaron entre 1738 y 1755, estableciendo Carlos III su residencia en él en 1764. © Archivo
A lo largo de la fachada de Oriente se extienden los aposentos de Carlos IV y María Luisa, donde han habitado los sucesivos soberanos hasta 1931. Estas salas eran utilizadas habitualmente por don Juan Carlos I para sus audiencias, y ahora probablemente lo seguirá haciendo su hijo, Felipe VI, pues el Palacio Real de Madrid continúa siendo la residencia oficial del rey de España. © Archivo
El Palacio fue construido entre 1738 y 1759 según los diseños de los arquitectos Filippo Juvarra y su discípulo Juan Bautista Sacchetti. Participaron en las distintas fases y decoración Francisco Sabatini –autor de la Escalera de Embajadores- o Ventura Rodríguez – Capilla Real-. Otros maestros de las Artes Decorativas Corrado Giaquinto, Giovanni Battista Tiépolo y Matías Gasparini son los autores de las principales bóvedas y proyectos decorativos. © Cordon Press
En la fachada de Poniente, el edificio se alza ocho alturas sobre el río Manzanares con los Jardines del Campo del Moro –así denominados porque el emir Ali-ben Yusef (1109) tuvo allí su campamento- en secuencia escalonada, a través de terrazas y pendientes que salvan los diferentes desniveles. Se conoce popularmente como “Campo del Moro” el parque de palacio creado por Felipe II, cuando se terminó el Alcázar se instaló la Corte en Madrid. Fue la Reina Isabel II quién ordenó en 1843 la completa replantación del jardín según los proyectos del arquitecto Narciso Pascual y Colomer. © Archivo

Los Jardines del Campo del Moro, declarados de interés Histórico-Artístico en el año 1931, salvan un pronunciado desnivel que comunica el Palacio Real con las riberas del Río Manzanares. La reforma paisajista con paseos de trazado curvo que constituye el actual jardín histórico se debe a la Reina regente María Cristina de Habsburgo, siguiendo el concepto romántico, con masas arbóreas y senderos caprichosos como en los parques ingleses del XIX. El paseo central lo ocupan un amplio parterre llamado “vistas al Sol” con las fuentes de las Conchas y de los Tritones, labradas en mármol blanco. Al norte del Palacio los jardines de Sabatini ocupan el lugar del edificio de las antiguas Caballerizas Reales y al este, la Plaza de Oriente.

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La fachada principal orientada al mediodía se abre a la Plaza de Armas (en la imagen), cerrada en el siglo XIX por dos alas. La del lado Oeste alberga las instalaciones del Archivo General de Palacio (1814) y la Real Armería (1885) con una colección única en su género. La segunda, denominada Ala de San Gil, corresponde a las habitaciones del Rey Alfonso XIII. En las dos esquinas flanqueando, a la altura del balcón del Salón del Trono, están situadas las estatuas de Moctezuma –Rey de Méjico- a la izquierda y Atahualpa –Rey de Perú, a la derecha. © Archivo
Los sillones del Salón del Trono son copias de los originales realizados durante el reinado de Carlos III y, en la parte superior, figuran las efigies de los Reyes don Juan Carlos I y doña Sofía. A la izquierda, detalle de los cuatro leones de bronce que flanquean el escenario del trono y que fueron traídos por Antonio González Velázquez desde Roma. Cada uno tiene apoyada una garra sobre una bola de caliza rojiza. © Archivo
Detalle de las efigies de don Juan Carlos y doña Sofía en la parte superior de los sillones de terciopelo rojo que presiden la estancia del Salón del Trono. 
Si alzamos la vista a nuestro paso por el Salón del Trono, también llamado Salón de Reinos, podremos admirar la bóveda del techo donde se representa la alegoría pitantada por Giambattista Tiépolo en 1766, La glorificación de la Monarquía española. Las lámparas son arañas de cristal de roca venecianas, de 1780. Las paredes de esta majestuosa estancia están recubiertas de terciopelo rojo y decoradas con espejos. Las arañas de cristal de roca fueron traídas desde Venecia. © Archivo
El Salón del Trono es utilizado para recibir a los invitados en los actos más importantes como la Pascua Militar, cenas de gala y banquetes oficiales. © Archivo

La sala conocida como el Comedor de Gala, con una grandiosa mesa en la que se pueden sentar hasta un máximo de 120 comensales, fue realizada en 1879 por orden de Alfonso XII, quien decidió unir las tres salas que habían pertenecido a la reina Isabel de Farnesio para obtener un gran espacio donde celebrar su banquete de bodas con doña María Cristina de Habsburgo Lorena, su segunda esposa. El Comedor de Gala es un espectacular marco definido como "el comedor más bello de Europa" en el que tienen lugar los almuerzos y cenas que Sus Majestades los Reyes ofrecen actualmente en las visitas de Estado.

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Actualmente, una de las principales novedades en la actualización del Palacio, que comenzó a construir Felipe V y en el que Carlos III estableció su residencia, tiene que ver con sus bombillas y fluorescentes, que han adoptado la tecnología led de bajo consumo. Álvaro Soler, jefe de Conservación de Patrimonio Nacional, explica que, con ello, han pretendido incorporar la nueva iluminación a lámparas históricas del siglo XVIII, que han sabido adaptarse a la perfección al paso del tiempo, además de a las luces que iluminan los frescos. Cabe destacar también la calidad artística de las pinturas murales del Comedor de Gal: la primera parte está dedicada a la aurora acompañada de las horas de Antón Rafael; la segunda pintura mural es de Antonio González Velázquez y representa a Cristobal Colón presentando el nuevo mundo a los Reyes Católicos, y la tercera es otro fresco que representa la rendición de Granada con la presencia de Isabel, la Católica. Los tapices tejidos en el siglo XVI son otro de los elementos a destacar, obra de Guillermo Pannemaker en oro, plata, seda y lana, así como los jarrones franceses.

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Giaquinto fue el responsable de la decoración de la bóveda con el tema El Nacimiento del Sol, alegoría del Rey en la figura de Apolo. Más adelante realizó las cuatro estaciones y una representación alegórica de la Corona de España. Toda la simbología de este recinto está dedicada a realzar la majestad de la Monarquía Hispánica bajo el reinado de Carlos III. En la decoración de esta Sala tienen gran importancia las esculturas procedentes del antiguo Alcázar. En lugar destacado la estatua de Carlos V dominando el Furor, obra de León Leoni. A ambos lados del Salón tres esculturas de bronce: Neptuno, la Tierra y Venus, de Jonghellinck, pertenecientes a la serie de los siete Planetas. Además la decoración escultórica se completa con diversos bustos del siglo XVII representando a emperadores romanos. El Salón está iluminado por ocho arañas Isabelinas de bronce dorado y vidrio tallado de manufactura francesa. Esta majestuosa estancia fue el lugar elegido por don Felipe y doña Letizia para sus fotografías oficiales aquel lluvioso 22 de mayo de 2004. Hoy, diez años más tarde, será el lugar donde se produzca la sanción y promulgación de la Ley Orgánica de Abdicación de la Corona de España por parte de Su Majestad el Rey Juan Carlos. 
En la Gran Escalinata del Palacio Real de Madrid, cada peldaño fue tallado de un solo bloque de mármol. La bóveda, con frescos de Corrado Giaquinto, es una alegoría de la grandeza de la monarquía y de la iglesia. Por la Escalera Principal se accede a la planta más importante de todo Palacio. Allí se encuentran el Salón del Trono, la Cámara Oficial, el Comedor de Gala, la Capilla Real, las Salas Gasparini y el Salón de Columnas. © Gtresonline
Un bello atardecer en el emblemático edificio de la capital. © Getty Images
Espectacular vista nocturna del emblemático palacio de la capital española. © Archivo