Hablamos con Fermín Urbiola, autor de 'Palabra de Rey': 'Este libro es un retrato del alma del Rey a través del pincel de su palabra'

"Creo que hoy es bueno recordar, ante el ruido de tantos árboles que caen, también los que crecen. Y los valores del Rey en la transición me parecen más actuales que nunca: concordia, unión, diálogo, perdón…"

Por hola.com

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Dice Fermín Urbiola de su libro que es un "retrato del alma del Rey a través del pincel de su palabra". Y lo cierto es que, después de charlar con él acerca de su recorrido por la vida de don Juan Carlos y después de conocer algunos momentos importantes del Rey de España, a través de sus palabras a sus amigos, familiares y conocidos, conocemos el espíritu de nuestro monarca en los trazos de su obra, de pincelada apasionada, envolvente y siempre realista, que trascienden en nuestra conversación. Asegura que su imagen del Rey ha cambiado tras escribir el libro "por eso quiero compartirla con mi generación". Ahí va, un esbozo.

-¿La infancia de don Juan Carlos fue la de un niño príncipe que lo tenía todo para ser feliz?
Ya somos el 60 por ciento de la población española los que tenemos 44 años o menos. Con mis 40 años, no tengo recuerdos vividos de la transición. Por lo que el 60 por ciento de los españoles, tampoco. En el libro me detengo en la faceta más íntima de don Juan Carlos, desde su niñez hasta hoy, y especialmente en los años de la transición que él pilotó. Creo que hoy es bueno recordar, ante el ruido de tantos árboles que caen, también los que crecen. Y esos valores de la transición me parecen más actuales que nunca: concordia, unión, diálogo, perdón… Lo tenía todo para ser feliz, pero la felicidad no te la da sólo el verbo “tener”. Por el contrario, era un niño sólo. Con diez años llega a España, su familia está en el exilio… Don Juan Carlos no fue un niño feliz.

-La traumática infancia del Rey ('marginado' de su familia por su excepcional destino, golpeado por el accidente fatal de su hermano Alfonso, educado con mano férrea sin dar cabida a los sentimentalismos, 'un Borbón solo llora en la cama')... ¿Podría haber influido en sus decisiones posteriores y en su vida personal?
¡Claro que ha infuído! Sin duda. Y en el libro así se refleja. Palabra de rey es el retrato del alma del Rey que he dibujado con el pincel de su palabra. Por ejemplo, cuando el Príncipe comienza a intimar con Sofía se ve claramente… lo cuento en los primeros capítulos del libro… “Doña Sofía descubrió a un joven muy distinto al 'atolondrado, bromista y un poco gamberro' que había visto en el Agamenón, en 1954. El que habla con ella en la penumbra del Dorchester es un hombre taciturno, con mechas melancólicas, que pasa de la risa aparatosa, de la jarana exultante, del chiste pícaro, del comer sandía vestido de esmoquin dentro de un taxi londinense, a quedarse engolfado en un silencio umbrío (…) Este que la mira a través del cristal de su copa lleva alojada dentro la extrañeza de ese dolor atroz imaginario (…) Ese dolor ausente, pero terrible, dicen, de las amputaciones. Del hermano amputado. Ese mismo verano de 1961, los reyes de Grecia y toda la familia fueron a Escocia, donde doña Sofía y su hermano Constantino competían en las regatas de la Golden Cup. Allí recibió una postal de don Juan Carlos, enviada desde Estoril: 'Querida Sofi: Pienso muchas veces en ti. ¡Qué bien lo pasamos en la boda! ¿Cuándo volveremos a vernos? ¿Qué haces ahora? Te recuerdo mucho. Besos. Abrazos. Y mucho amor. Juan Carlos.”

-¿Cómo era su vida durante sus primeros años en España?
En una España donde se pasaba hambre a él nunca le faltó la comida en su casa. Ese dolor no lo sufrió. Pero sí sufrió, y mucho, el dolor del alma. Estaba solo en España. Su familia estaba en el exilio. ¡Cuánta soledad sufrió! Somatizaba esa pena con dolores de otitis, de estómago…

-Dice el Rey que la Reina no sólo ha sido la esposa leal, sino que además ha estado siempre de su parte y, con la perspectiva del tiempo, podemos añadir que también de parte de todos los españoles, pero entonces no fue recibida precisamente con los brazos abiertos.
Cuando Sofía llega por primera vez a España en 1962, tras su boda, aterriza en Getafe. Hasta entonces, jamás había estado en España, ni en escala técnica. Pero con anterioridad el búnker de Franco ya había hecho su campaña en contra de la princesa Sofía de la quien consideraban: hereje, extranjera, hija de masones… Pero, a partir de esos años, y especialmente desde 1969 visitaron cada una de las ciudades, de los pueblos de España. Se dieron a conocer y ellos conocieron y escuchaban a los ciudadanos y se ganaron el cariño de los españoles.

 

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-Al principio del libro parece que Franco utiliza al entonces príncipe Juanito para sus fines diplomáticos. El Rey dijo años después que el General le tenía cariño y que sólo le pidió que preservara la unidad de España… ¿Franco confiaba realmente en don Juan Carlos para llevar las riendas de España?
Franco no confiaba ni en él mismo. Era gallego. Y pescador, siempre tiraba la caña y daba o quitaba carrete… En el libro voy narrando su relación con el príncipe Juan Carlos. Juanito, como se le llamaba a nuestro Rey en el ámbito familiar, a su llegada a España se convirtió en una ficha en un tablero de juego. A un lado del tablero estaba don Juan —padre de don Juan Carlos y rey en el exilio— Y al otro lado del tablero estaba Franco, el general que “reinaba” en España. Y en ese tablero apareció una nueva pieza, hasta entonces solapada: un niño, don Juanito… Don Juan Carlos era la ficha que oscilaba a un lado o a otro al son del choque de estrategias que sostenían su padre, el rey sin trono, y el general “rey”. El Rey devolvió a los españoles todos los poderes que recibió de Franco y ese tránsito, esa transición la logró en concordia para todos los españoles.

-El Rey no piensa abdicar, ni abandonar España…, pero ¿considera que el Príncipe de Asturias está preparado para reinar?
El otro día, en la Fiesta del Día Nacional, en el Palacio Real, el Rey me dijo: “¡Y todo lo que me queda por hacer!” Vi a un Rey con las pilas puestas y las ideas claras. El Príncipe, a diferencia de su padre que tenía a su padre en el exilio, ha tenido desde que nació a dos grandes maestros en casa: su padre y su madre. Será el rey con más estudios, y más preparado, de toda la historia de España.

-Como primer biógrafo español de Fabiola de los belgas y profundo conocedor de aquella Familia Real, ¿qué opina de las polémicas informaciones publicadas recientemente en Bélgica sobre los Reyes y los Herederos de los belgas?
Si se me escapan tantos detalles íntimos de amigos míos del alma ¿Qué no se me va a escapar de alguien que no lo es? En mi libro Nacida para reina, Fabiola una española en la corte de los Belgas, que ya va por su quinta edición y ya se ha traducido al francés y flamenco, exclusivamente publico informaciones contrastadas, veraces. No caigo en la rumorología, hoy tan de moda. Actualmente, hay periodistas que bajo el lema “Sé de buena fuente…” o iniciando la frase con un “presuntamente” dicen barbaridades. Creo que el periodismo basado en la verdad y el respeto. No son incompatibles. Lo malo de todo esto es que difama, que algo queda.

-¿Qué opinión tiene de la situación y del futuro de la monarquía europea? ¿Y, en concreto, de la española?
Creo que hoy se han abierto muchas vedas, antes inescrutables. Y en el caso de la monarquía española tenemos a un rey que no es sectario, lo mismo despide desde el cariño al líder comunista Carrillo, que recibe, desde ese mismo cariño, al Papa. Es un líder, nuestro Rey, que tomó una España de vencedores y vencidos y la convirtió en una monarquía constitucional de todos los españoles. Es un rey que recibió todos los poderes de Franco y los devolvió a todos los españoles. El Rey tiene defectos ¡Pues claro! Pero ha sido el único en la historia de España que no sólo ha pedido perdón, sino que además ha rectificado.