Felipe de Marichalar, el hijo mayor de los Duques de Lugo, cumplió el pasado viernes 11 años. Los suyos quisieron sorprender al pequeño con un día inolvidable. La víspera don Jaime de Marichalar y su hija pequeña, Victoria Federica, salieron a comprar el regalo para el nieto mayor de los Reyes, Pipe, como le llaman cariñosamente los miembros de la Familia Real española, mientras el joven asistía a su entrenamiento de karate. Padre e hija aprovecharon también el encuentro para ultimar los detalles de la celebración.
Del Prado a las motos acrobáticas
De un aniversario que festejarían a lo grande. Después de pasar la mañana en casa de su madre, la infanta Elena, don Jaime acudió a recoger al cumpleañero y a su hermana, de nueve años. El Duque llevó a los niños al Museo del Prado. La familia no recibió con agrado la atención que despertó entre tantos fotógrafos. Al principio, los chicos no levantaban la cabeza del suelo y procuraban ocultarse tras su padre, pero más tarde, al acostumbrarse a la presencia de las cámaras, actuaron con naturalidad y saludaron.
La excelente relación entre los hermanos quedó una vez más patente. Felipe y Victoria estaban muy conjuntados en apariencia, con sendos conjuntos verde y azul marino -la niña llevaba una chaqueta a rayas igual que el polo de su hermano-, y en esencia: el mismo aturdimiento por la mañana y la misma emoción por la tarde. Felipe concluyó la fiesta de cumpleaños disfrutando con su familia y sus amigos del espectáculo de acrobacias de motos Red Bulls X-Fighters en Las Ventas. La guinda del pastel.
