Los jóvenes son los actores del presente y primeros protagonistas del futuro, al igual que lo son también los Príncipes de Asturias desde la Monarquía. Como lo fue hace treinta años aquella generación, "la de Sus Majestades los Reyes", que lograron la hazaña de la transición, de la puesta en marcha de la democracia y del despegue económico. Don Felipe y [doña Letizia], herederos de este valioso legado y forjadores del venidero, han querido rendir homenaje a los jóvenes de ayer, pero también a los de hoy, asistiendo la cena conmemorativa del XXV aniversario del Consejo de la Juventud de España (CJE), en la que han estado acompañados por la Ministra de Igualdad, Bibiana Aído; la Secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, y el Presidente del CJE, Daniel Lostao.
Durante su intervención, [don Felipe] expresó su admiración y agradecimiento a los jóvenes del pasado y su confianza en los del presente y futuro. También subrayó la necesidad de "contar siempre con la mayor participación y la mejor implicación de nuestros jóvenes, hombres y mujeres. Pero es igualmente preciso respaldar y alentar el ejercicio de esa responsabilidad, mediante la promoción y plena salvaguarda de sus derechos, el apoyo a sus legítimas expectativas personales y profesionales, y el establecimiento de los cauces que favorezcan esa participación responsable. No olvidemos que la vida de nuestros jóvenes encierra muchas oportunidades y esperanzas por el enorme capital de energía, de ideas nuevas y creativas, y de ilusión; pero también es una vida que no está exenta de frustraciones, penurias y dificultades, debido a que es todavía frágil y se puede echar a perder fácilmente". Antes de concluir su discurso felicitó "a todas las personas e instituciones que han contribuido a crear, desarrollar e impulsar el Consejo de la Juventud como referente para la participación de los jóvenes y su desarrollo responsable como ciudadanos libres y en democracia".
Puso el colofón al acto una cena a la que asistieron cerca de trescientos invitados. No faltaron entonces las habituales muestras de cariño entre los Príncipes, las miradas de complicidad y las confidencias, con las que suelen aderezar sus apariciones públicas. Tampoco la belleza y elegancia de doña Letizia, que se decantó por un look juvenil, muy acorde con la ceremonia, y lució para la ocasión un vestido gris oscuro ligeramente entallado a la cintura, falda en sutil línea globo y adornos metálicos en la pechera, que combinó con complementos -bolso de cartera, zapatos peep toes y medias tupidas- en negro. Podría decirse que doña Letizia tiene finalmente un estilo propio. Antes del verano inició un cambio en su vestuario hacia una línea más moderna. Si habitualmente optaba para las cenas oficiales por vestidos entallados, de líneas más clásicas y siempre por debajo de la rodilla, ahora confiere a sus conjuntos un toque más juvenil. Aunque sobradamente elegante.
