La Infanta de España, el único testigo vivo de la generación exiliada de los hijos de Alfonso XIII, ha sido despedida con tristeza y silencio, en una fría mañana de otoño, en la ciudad en la que ha vivido 70 años de destierro. La misma a la que llegara, con toda la Familia Real, tras la proclamación de la República, en el año 1931.
Los Reyes y sus hijos, el príncipe Felipe y la infanta Cristina, consternados y de riguroso luto, rindieron tributo a esta hija de Reyes y acompañaron el ataúd (cubierto con la bandera nacional) hasta el último momento. Además, se unieron al adiós la infanta Margarita y su marido, Carlos Zurita, y sus nietos Alejandro Lequio, y la princesa Sibilla Weiller, casada con el príncipe Guillermo de Luxemburgo.
La infanta Beatriz de Borbón, tía carnal del rey don Juan Carlos de España, ha recibido sepultura esta misma mañana en el mausoleo que la familia Torlonia posee en el cementerio romano del Verano. Los restos mortales de Zia Baby, (así la llamaban todos los suyos) fueron inhumados a primera hora del día, después de que éstos permanecieran expuestos, durante cinco días, en la capilla ardiente instalada, desde el pasado viernes, en la casa familiar, el palacio de los Torlonia.
Los Reyes visitaron a los familiares La misa de funeral, una ceremonia profundamente solemne, tuvo lugar en la Iglesia Nacional Española de Santiago y Montserrat y fue oficiada por el cardenal español, Eduardo Martínez Somalo (con ayuda de un grupo de prelados y sacerdotes de Roma), Camarlengo de la Santa Iglesia y el encargado de gobernar la Curia romana en el caso de que muriera el Pontífice. Éste tuvo unas palabras de recuerdo para la religiosidad de la Infanta y su profunda nostalgia de España.
Los Reyes, antes de regresar a España, visitaron en la casa familiar, el palacio de los Torlonia, a los familiares de la infanta doña Beatriz, a quienes presentaron sus condolencias y ofrecieron su apoyo en momentos tan difíciles.
