Los imprevistos del viaje del príncipe Felipe a Bolivia

Por hola.com

Su Alteza Real el Príncipe de Asturias ha hecho un alto en el camino en sus vacaciones estivales y ha viajado a La Paz, donde asistirá hoy a la toma de posesión del nuevo presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada.

El [príncipe Felipe] llegó ayer al país iberoamericano donde fue recibido por el canciller, Gustavo Fernández, la ministra de Asuntos Campesinos y Pueblos Originarios, Tomasa Yarhui, y por el embajador de España en Bolivia, Víctor Fragile, entre otras personalidades.

Por la tarde, el Príncipe se reunió con el nuevo mandatario, Gonzalo Sánchez de Lozada, con el presidente en funciones, Jorge Quiroga, así como con varios de los ministros del futuro gobierno en la residencia particular del presidente electo. Don Felipe felicitó personalmente y entregó, como es tradición en este tipo de visitas, un mensaje de enhorabuena del Rey don Juan Carlos I.

Hoy, el Felipe de Borbón, que inaugurará las obras de remodelación donadas a la ciudad de La Paz por la Cooperación Española y financiadas por el Gobierno español, asistirá a la investidura del Presidente boliviano, en el aniversario de la proclamación de la República Boliviana. De un hombre, Sánchez de Lozada, que, aunque comenzó en el mundo de la política tímidamente, ha llegado a la cumbre rápidamente gracias a su fuerza de voluntad, capacidad de trabajo y alto grado de responsabilidad. No en vano, se le conoce -supervisa todo personalmente- como el hombre de la fila india.

Cama y sábanas más grandes
Los preparativos de la llegada a Bolivia del Príncipe, en la que era su vigésimo quinta toma de posesión de un mandatario iberoamericano -una labor de representación como Heredero de la Corona que inició hace seis años en Guatemala-, comenzaron hace un mes. Y es que, al parecer, toda prevención es poca. De hecho, la embajada de España tuvo que ponerse en contacto con los funcionarios del hotel Radisson, edificio donde se hospeda don Felipe en la capital boliviana, para pedir que se le preparara una habitación especial. Debido a su altura -mide 1,98 metros-, el hotel tuvo que agrandar la cama y comprar un lote de sábanas más largas.