Joaquín y Marie de Dinamarca nos presentan a su hija: 'Es una niña muy dulce. Todavía es pronto para saber a quién se parece'

Orgullosos y llenos de felicidad, los príncipes ya están en casa con su pequeña. "Su hermano, el príncipe Henrik dice que está deseando jugar con ella a los coches", bromearon los felices padres ante los medios

Por hola.com

VER GALERÍA


"Duerme y come y duerme. Pero es una niña muy dulce". Estas eran las primeras palabras de una radiante princesa Marie que no podía dejar de sonreír ni de mirar con ternura a su hija, que dormía plácidamente en sus brazos. "Tiene buen apetito y también apetito por la vida", añadió el orgulloso padre ante los medios de comunicación que se acercaron hasta los alrededores del Hospital del Reino de Copenhague para conseguir la primera instantánea de la nueva princesa de Dinamarca. Acompañada en todo momento por su esposo, el príncipe Joaquín, la princesa Marie, que dio a luz hace apenas tres días, mostró por primera vez en público a su pequeña, que pesó al nacer 2,9 kilos y midió 49 centímetros, y fue entonces cuando pudimos ver el rostro de la pequeña, con las mejillas sonrosadas, el cabello oscuro y un abriguito rosa.

Joaquín se mostró particularmente orgulloso por su primera niña, tras tres hijos varones y aseguró que se parecía a la madre. "Es difícil decir, aún no lo sabemos, es tan pequeña", dijo sonriente Marie, quien agradeció su ayuda al equipo médico del hospital. "Siempre nos tratan tan bien aquí que casi cuesta decir adiós", afirmó el príncipe, que también fue objeto de los elogios de su mujer. "Ha sido un apoyo fantástico y una ayuda muy grande. Un parto nunca es algo divertido, pero siempre una gran experiencia", dijo la princesa.

VER GALERÍA


Marie confesó que los tres hermanos mayores de la pequeña, los príncipes Nicolás, Félix y Henrik, están muy orgullosos de ella, especialmente Henrik, que se ha mostrado deseoso porque su hermanita pueda jugar a los coches con él. La familia pasará ahora unos días de reposo en el palacio de Amalienborg en Copehague, antes de regresar al castillo de Schackenborg, al sur de Jutlandia, donde reside habitualmente. La nueva princesa de Dinamarca, cuyo nombre no se desvelará tal y como manda la tradición hasta el día del bautizo, es otro sueño cumplido para la familia.