Federico y Mary de Dinamarca continuaron ayer con su visita a Estados Unidos. Si el pasado viernes les veíamos haciéndose con la pista de baile en la celebración del 100º aniversario de la Fundación Américo-Escandinava en Nueva York, el sábado los príncipes herederos vivieron una jornada de lo más culinarias entre cacerolas y fogones.
Mary y Federico participaron en un acto promocional de la cocina nórdica, dirigido por René Redzepi, el célebre chef del restaurante "Noma" de Copenhague, considerado el mejor restaurante del mundo. El acto se celebró en Union Square, e incluyó también un mercadillo de productos ecológicos. Los príncipes herederos no desperdiciaron la ocasión para probar algunas delicias culinarias, dar un paseo por el mercadillo y hablar con los vendedores, tal y comosi fueran unos clientes "habituales" más.
El domingo presenciaron un partido de fútbol americano entre los New York Jets y los San Diego Chargers en New Jersey, y por la tarde visitaron un centro social en el barrio de Queens que lleva el nombre del fotógrafo danés Jacob A. Riis, famoso por sus fotografías de las clases bajas de Nueva York a finales del siglo XIX.
Ya el lunes, último día de su visita a Estados Unidos, Federico y Mary de Dinamarca se tomaron un breve descanso, eso sí, una vez hubieron cumplido con sus diversos actos, entre los que se incluía la asistencia a la firma de un convenio de colaboración entre una firma informática danesa y un centro de servicios local para minusválidos, así como la inauguración de un restaurante danés y un evento sobre diseño. Además Federico visitó el hospital Monte Sinaí y Mary un proyecto en una escuela de Manhattan.
Pero una vez hubieron puesto fin a su agenda norteamericana, los príncipes se dejaron vez como "dos turistas más" disfrutando de una tranquilo paseo por las calles del Soho. Mientras Mary le resumía su visita a una escuela de la Gran Manzana, Federico la escuchaba atentamente mientras degustaba un café.
Los príncipes han puesto fin así a unos intensos días en Estados Unidos, donde el intercambio cultural ha sido la tónica general, de todos y cada uno de sus actos.
