El pasado mes de febrero, el príncipe Laurent de Bélgica, hermano del rey Felipe de los Belgas, hacía llegar una carta al primer ministro Charles Michel, en la que pedía al gobierno que intercediera para que el estado Libio pagara a su empresa cerca de 40 millones de euros que le debía desde 2014, cuando un tribunal de Bruselas condenó a dicho país a indemnizar a la sociedad del príncipe por incumplimiento de contrato. Este contencioso era solo uno de los problemas que ha estado acarreando Laurent de Bélgica en los últimos años con las compañías que posee y que están sumidas en cuantiosas deudas. Ahora, el hijo de los reyes Alberto y Paola ha tomado una decisión con respecto a sus negocios.
Según afirma la prensa local, el príncipe Laurent se ha comprometido a afrontar todas las pérdidas de su empresa de energías renovables que, según el economista Thierry Debels, ascenderían a 449.765 euros con fecha del 28 de junio. El hermano del rey Felipe no ha querido poner fin a sus sociedades, sino ir encarando poco a poco las deudas que tiene, haciendo frente así a un problema que arrastra desde hace ya varios años. Cabe recordar que ya en 2015, durante una entrevista con el diario La Libre, el príncipe habló de su difícil situación económica.
Por aquel entonces, poseía dos empresas a su nombre con pérdidas de 2,6 millones de euros a causa, según él mismo aseguró, del nulo apoyo que había recibido por parte de su familia. En aquel momento Laurent se afanaba en salvar las dos empresas endeudadas propietarias de la Casa de las Energías Renovables en Bruselas, entidad inaugurada en el año 2006 como buque insignia del sector europeo de la energía renovable. Los medios de comunicación desvelaron en su día que, aunque los agujeros económicos no eran del todo preocupantes, sí lo era la decisión del EREC de disolver la organización por el elevado precio del alquiler de las instalaciones. Al rescindir el contrato de arrendamiento, las sociedades del príncipe Laurent se vieron obligadas a buscar otros inquilinos.
"La gente me ataca constantemente diciendo que soy incapaz de poner en marcha mis propios proyectos. Sin embargo, cada vez que intento algo me sabotean. Durante años. ¿Quiénes? Mi familia, mi padre y la gente que le rodeaba cuando reinaba. Si me dejaran tranquilo de una vez, sería optimista en cuanto al futuro de mis empresas. Veremos. Yo soy un optimista, no un avaro como se dice", espetó entonces.
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Lo cierto es que la polémica ha perseguido al hijo del rey Alberto en los últimos años. El pasado otoño presentó una querella contra el gobierno belga por reducirle de forma disciplinaria su dotación anual. Meses antes concedió una entrevista a Het Nieuwsblad en la que criticó a su familia y estableció un paralelismo "con su propia situación y la del Holocausto o los tiroteos escolares en Estados Unidos". No era la primera vez que se desahogaba acerca de sus familiares, ya que en ocasiones ha asegurado que su padre y su hermano tienen mucho en común con la Stasi (en referencia al temido servicio secreto de la extinta República Democrática Alemana).
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