La reina Letizia acaba de aceptar un cargo dentro de Unicef

Los 'royals', cada vez más comprometidos con la salud mental

Las agendas de las Casas Reales se están llenando de actividades relacionadas con el bienestar psíquico y algunos príncipes han hablado sin tapujos de sus trastornos

Por Beatriz Castrillo

La salud mental es ya uno de los asuntos que más interesan en las Casas Reales. La pandemia y los efectos de los confinamientos han hecho mella en el bienestar psíquico de muchos ciudadanos, especialmente en los más jóvenes, entre los que se han disparado los problemas de ansiedad. En otro tiempo estigmatizados, son muchos los royals que alzan la voz y se comprometen con este tipo de trastornos que ya están dejando de estar silenciados. La reina Letizia, que lleva muchos años comprometida con este asunto, acaba de ser nombrada defensora para la salud mental de la infancia y la adolescencia de Unicef por su compromiso en este área. No es la única, otros príncipes también han abanderado esta causa y algunos hasta han confesado haber pedido ayuda profesional por haber padecido en sus propias carnes trastornos que les impedían llevar una vida completamente plena. 

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En el caso de la esposa de Felipe VI, sus actividades en el ámbito de la salud mental  se remontan al año 2016 cuando mantuvo una reunión de trabajo con la Confederación Salud Mental España. Desde ese día ha mantenido contacto permanente con diferentes organizaciones siempre vinculadas a la situación sobre este asunto, incluso durante el confinamiento de marzo de 2020, cuando doña Letizia mantuvo videoconferencias para seguir el impacto de la Covid-19 en los trastornos de este tipo. 

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Dos de los royals que han hecho una apuesta clara y firme por erradicar los tabúes que rodean a las personas que tienen problemas mentales han sido los duques de Cambridge que a través de la Fundación Real trabajan para erradicar estigmas y alientan a que las personas hablen abiertamente sobre sus problemas psicológicos. “La salud mental es tan importante como nuestra salud física, pero con demasiada frecuencia se ignora, se malinterpreta y se descuida. Es uno de los mayores problemas de salud pública”, se asegura en la página web de la entidad. El príncipe Guillermo y Kate Middleton son los abanderados de la campaña Heads Together que consiguió un aumento de usuarios en los servicios dedicados al bienestar emocional en Reino Unido. 

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El duque de Cambridge ha reconocido públicamente los desafíos a los que se ha tenido que enfrentar a lo largo de su vida. Uno de ellos es la presión y el miedo que sufrió ante la paternidad y la inquietud que le provocaba el recuerdo de la pérdida de su madre, la princesa Diana. En esos momentos reconoció que el apoyo de su esposa fue clave para superar “uno de los momentos más aterradores de mi vida”. También reveló en un podcast el trauma que le produjo ser testigo de un accidente en el que perdió la vida un niño. Por otro lado, la duquesa de Cambridge también acompañó a su hermano, James Middleton, cuando se encontraba sumido en una profunda depresión. 

El príncipe Harry, que era un adolescente cuando su madre falleció, ha hablado abiertamente de sus ataques de pánico y que ha necesitado ayuda profesional para recuperarse de esa trágica pérdida y poder seguir adelante con su vida. Lo contó en el documental The me you can’t see (Lo que no ves de mí). “Tomar la decisión de recibir ayuda no es un signo de debilidad. En el mundo actual, más que nunca, es un signo de fuerza”, reconoció. 

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Otra futura Reina, Amalia de Países Bajos, de 18 años,  ha reconocido en una biografía autorizada que cuando se siente sobrepasada acude al psicólogo. “No creo que deba ser un asunto tabú y no hay ningún problema en reconocerlo en público. A veces todo se vuelve demasiado para mí: la escuela, los amigos… Si lo necesito concierto una cita, me desahogo, lo saco todo y ya estoy lista para todo el mes”. “Creo que hablar con un profesional es muy normal, especialmente después de lo que le pasó a mi tía”, recordó la Princesa. La familia de los reyes Guillermo y Máxima vivieron hace tres años la terrible muerte de Inés Zorreguieta, hermana pequeña de la Reina, que fue encontrada muerta en su apartamento de Buenos Aires. La investigación concluyó que se trató de un suicidio.

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La Familia Real noruega también conoce muy de cerca el drama del sucicidio. El día de Navidad de 2019, Ari Behn, exmarido de la princesa Marta Luisa de Noruega, se quitó la vida dejando tres hijas adolescentes. La mayor, Maud Angelica, recibió un premio por el discurso que pronunció en el funeral de su padre por sus “sinceras e importantes palabras sobre salud mental y prevención del suicidio”. El rey Harald también habló en público de la trágica muerte del que fue su yerno en el discurso de Año Nuevo de 2019. “Varios de nosotros empezamos el Año Nuevo con tristeza en nuestros corazones, pero la esperanza nos pertenece a todos. Mi deseo esta noche es que la esperanza nos inunde a todos”, afirmó el monarca nórdico a la vez que reconoció que: “Estamos fuertemente afectados por la muerte de Ari Behn”. La princesa Mette-Marit de Noruega también está muy comprometida con la salud mental, uno de los ejes principales de su agenda institucional. Lleva involucrada en este causa desde el año 2004 y ha visitado en múltiples ocasiones a personas con enfermedades mentales. A su vez participa activamente cada 10 de octubre en las actividades con motivo del Día Mundial de la Salud Mental.

Otra princesa heredera, Mary de Dinamarca, trabaja desde su fundación en asuntos muy concretos que atormentan a algunos niños como es el acoso escolar y la lucha contra el aislamiento social, un problema que afecta en el país danés al menos dos de cada tres escolares. La mujer del príncipe Federico también ha puesto el foco en el problema de la soledad “que tiene consecuencias para nuestra calidad de vida y que en periodos prolongados puede manifestarse con un aumento de la presión arterial y el estrés”, según reza en la Mary Fonden, su fundación, que subraya que es un mal que afecta al 12% de los chicos daneses de entre 16 y 24 años.