'Royals' que se desviven por ayudar en tiempos del coronavirus

Sofía de Suecia, Sarah Ferguson, Eugenia de York, Máxima de Holanda o la reina Letizia están poniendo su grano de arena en esta crisis sanitaria

Por hola.com

Son tiempos difíciles para todos. La crisis sanitaria del coronavirus afecta a mayores y pequeños, a todas las familias en cualquier rincón del globo. Y la realeza no es ajena a ello. Son muchas las 'royals' que han decidido tomar parte activa en la lucha contra la pandemia del coronavirus. La princesa Sofía de Suecia trabaja en un hospital en plena crisis del COVID-19, pero no es la única: Sarah Ferguson, su hija Eugenia de York y el marido de ésta, Jack Brooksbank, acudieron antes del confinamiento a un hospital de Londres para donar productos de higiene básica y alimentos no perecederos para los pacientes allí ingresados. El rey Felipe VI acudió a visitar el hospital de campaña instalado en el recinto ferial de Madrid y, junto con la reina Letizia realizan a diario numerosas videollamadas para interesarse por la gestión de los hospitales en las distintas comunidades autónomas, la situación del sector del transporte, la seguridad, la tecnología, la situación de las mujeres gitanas o las que trabajan con pacientes de salud mental durante esta crisis sanitaria.

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Sofía de Suecia ha decidido trabajar en un hospital, donde desarrolla tareas de apoyo al personal sanitario tras haber hecho un curso específico para ello. De esta forma, la princesa sueca está absolutamente preparada para vivir 'in situ' la evolución del coronavirus junto a quienes lo están padeciendo en los hospitales, y los profesionales sanitarios que trabajan día y noche junto a ellos, La princesa también se ha preparado para ayudar a los familiares en cualquier necesidad que les surja. Sofía quiere poner así su granito de arena y participar en primera línea, ayudando en todo lo que este en su mano en la lucha contra la pandemia.

Hace ya varias semanas vimos también a la princesa Victoria de Suecia y asu marido, el príncipe Daniel, cuando acudieron a visitar un centro de investigación de Estocolmo en el que se hacen pruebas para crear test fiables para la detección del virus. Porque todos quieren poner su grano de arena en esta lucha, y han decidido poner todo su esfuerzo en ello. 

De Mónaco a Holanda o Reino Unido

La situación se repite en otras monarquías europeas. De hecho, hemos visto como el COVID-19 alcanzaba al príncipe Alberto de Mónaco o el príncipe Carlos de Inglaterra, ambos ya recuperados. A Alberto de Mónaco le hemos visto reencontrarse con su mujer, Charlene de Mónaco y sus pequeños mellizos, Jacques y Gabriella; mientras que Carlos de Inglaterra pudo celebrar por fin su 15º aniversario de boda junto a su mujer, Camilla, la duquesa de Cornualles, en la casa en la que él había estado aislado, Birkhall, en Escocia.

Precisamente en el Reino Unido hemos visto también a royals como Sarah Ferguson y su hija Eugenia de York, que colaboraron llevando material a un hospital de campaña levantado en Londres para atajar la pandemia. Pero madre e hija no se limitaron a trasladar el material de primera necesidad para el centro sino que quisieron conocer a algunos de los pacientes ya recuperados, y darles ánimos, además de conocer de cerca cómo se trabaja en un hospital de estas características.

Algo más lejos, en Los Ángeles hemos visto cómo se desarrolla la nueva vida de Harry y Meghan en Los Ángeles donde han sido vistos, sin su hijo Archie, mientras caminaban de la mano, de incógnito, repartiendo comida a las personas más necesitadas, ambos equipados con guantes, y ella cubriendo su rostro con una mascarilla y él con un pañuelo. Vestían discretamente, con ropa sport, mientras desarrollaban su tarea como voluntarios para una ONG vinculada a la madre de Meghan.

Máxima de Holanda es otra de las royals que también se está desviviendo en la lucha contra la pandemia global. Ella, al igual que la reina Letizia, teletrabaja sin descanso en estos días de confinamiento, como ha hecho al interesarse por las personas sin un techo bajo el que cobijarse, manteniendo una videollamada con los responsables de distintos albergues de su país o visitando las instalaciones de una empresa dedicada a la fabricación de respiradores para los pacientes de COVID-19, como hizo el pasado jueves. Un trabajo que seguirán ejerciendo, sin descanso, mientras sea necesario seguir luchando contra el coronavirus.

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